CASO NÓOS

Hacienda descubre que Aizoon tuvo hasta 15 empleados ficticios

Los Duques habrían utilizado presuntamente estos contratos fraudulentos desde 2004 a 2009 | La empresa cotizó por trabajadores que ni siquiera sabían que estaban en la plantilla

PALMA DE MALLORCA Actualizado: Guardar
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Hacienda se niega a acusar a la hija menor del Rey en el 'caso Nóos', pero la misma Agencia Tributaria ha entregado al juez José Castro un informe que revela que la empresa de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin llegó a tener, al menos, 15 empleados ficticios en Aizoon. Contratos que, según los técnicos de Hacienda, el matrimonio usó para defraudar a la Seguridad Social durante, al menos, seis ejercicios, desde 2004 a 2009.

El informe de la Agencia Tributaria confirma la tesis de Anticorrupción de que Aizoon, una inmobiliaria que es propiedad al 50% de la infanta y su esposo, no era más que una empresa fantasma, usada con un triple propósito fraudulento: desviar el dinero público que entraba a Nóos; endosar las asesorías de Urdangarin a multinacionales a la compañía para cotizar a tipos más bajos; y ser un nicho para trabajadores ficticios a los que se alargaba la cotización a la Seguridad Social de forma ilegal mientras, de paso, Aizoon se descontaba como gastos sus nóminas falsas.

Hacienda incorpora un listado pormenorizado de los 30 trabajadores que Aizoon tuvo entre 2004 y 2009, para concluir que la mitad no tenían ninguna relación laboral con la inmobiliaria. Y queda por demostrar que el resto sí la tuviera. «Se ha verificado -dice la Agencia Tributaria- tanto por la información facilitada por el Juzgado de Instrucción 3 de Palma como por las propias declaraciones de los implicados que varios de los trabajadores contenidos en la lista anterior son personal empleado en la limpieza y otras labores domésticas de las residencias privadas de Iñaki Urdangarin y de Julita Cuquerella (su secretaria)». «Esto es -prosigue la Agencia- que de ningún modo prestan servicios con la pretendida actividad económica de la entidad. Este es el caso de los señores Josefa Garrido, Maria Nonosel, Elsa Cunalata, Catalin Nonosel, Susana Yeste o Yolanda Yeste».

A este primer grupo de empleados falsos, Hacienda suma otro colectivo. «Existen otros como Pedro Parada, Ivan Carballido, Teresa Sicart, Ferrán Llauradó, Isabel García y Roger Olivares quienes, al ser preguntados sobre este particular, han afirmado trabajar para Nóos sin saber, en algunos casos, que nominalmente lo hacían para Aizoon».

Pero había todavía un tercer grupo de trabajadores ficticios en la empresa de los duques de Palma formado por familiares. «Por último, existen dudas razonables acerca de los servicios que eventualmente pudieran haber realizado para Aizoon tres sobrinos del propio Urdangarin, los llamados Jan, Lucía y Lucas Gui Urdangarin».

Ante estas evidencias, la conclusión de los técnicos de Hacienda es tajante: «Todo ello implica un uso indebido del beneficio fiscal (libertad de amortización) asociado a los incrementos de una plantilla que se ha evidenciado huérfana de relación actividad económica ninguna».

Confesiones

Los datos de la Agencia Tributaria sobre la curiosa plantilla de Aizoon fueron confirmados el pasado lunes en sede judicial por Mario Sorribas, amigo de Urdangarin y hasta el pasado enero apoderado de la empresa del matrimonio. Sorribas, convertido ahora en una suerte de arrepentido en busca de su desimputación, confesó que cuando él entró en Aizoon en 2009 jamás vio a empleado alguno trabajar en la inmobiliaria de los duques de Palma, que sin embargo facturaba cientos de miles de euros cada año.

El matrimonio rumano Nonosel, que trabajaron como empleados del hogar en casa de los Urdangarin-Borbón aunque nominalmente eran parte de plantilla de Aizoon, explicaron en su momento ante el juez Castro que la infanta estuvo presente en su entrevista de trabajo en la que en principio se les ofreció trabajar en negro y luego, a la vista de las reticencias de los extranjeros, se les incluyó en la nómina de la inmobiliaria.

En la misma línea, varios correos del padre de los sobrinos de Urdangarin ya revelaron diversos supuestos chanchullos con los tesoreros de Nóos para ir acumulando Seguridad Social sin trabajar y sin que esas cotizaciones ficticias de los jóvenes les perjudicaran en la declaración de Hacienda.

El pasado febrero, el propio Urdangarin, se vio en serios apuros para explicar al instructor y al fiscal a qué se dedicaban los trabajadores de su empresa familiar. «Teresa Sicart ¿Qué tipo de perfil tenía como trabajadora, qué tipo de proyectos le encargaba usted?», le preguntaron. «No lo sé, no me acuerdo», fue su respuesta. «¿Y a Carlos Medida para que lo necesitaban?», le inquirieron. «Pues no lo sé realmente supongo que ayudaría a los señores Tejeiro en alguna consulta», trató de explicarse. Y así en numerosas preguntas en las que el yerno del Rey trató de justificar que el servicio doméstico de su familia figurara como administrativo de Aizoon o que el supuesto trabajo de sus sobrinos buscando temas en internet era básico para sus labores en los consejos de administración de multinacionales o que la señora que limpiaba en casa de su secretaria era un pilar básico en la inmobiliaria.

Al final, atrapado en un cúmulo de medias verdades, Urdangarin intentó disculparse en los juzgados de Palma y alegó que fue «la fórmula que se escogió en ese momento y así creíamos que se tenía que hacer. Con esto no pretendía ninguna otra cosa más que funcionar de la mejor manera posible y más eficiente posible».