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Hassan Rohani. :: REUTERS
MUNDO

La esperanza reformista de Irán pasa del color verde al morado

Rohani, el único clérigo de los seis candidatos a la presidencia, llega a las elecciones del viernes con posibilidades de suceder a Ahmadineyad

MIKEL AYESTARAN
ESTAMBUL.Actualizado:

La corriente reformista en Irán tiene una nueva esperanza. «Con la enorme responsabilidad que tengo por el país y el futuro de su gente, daré mi voto a mi querido hermano el doctor Rohani», confesó el expresidente Mohamed Jatami en su página web a falta de apenas 48 horas para la cita con las urnas en la que la república islámica debe elegir al sustituto de Ahmadineyad. El único clérigo de los seis candidatos que quedan en liza -dos han decidido apartarse de la carrera a última hora pese a superar el filtro del Consejo de Guardianes, que eligió a 8 de 686 aspirantes- ha desarrollado la campaña electoral menos políticamente correcta de todos y ha estado a punto de ser descalificado, según reveló la agencia Mehr. Además, decenas de sus partidarios y colaboradores en los actos previos a la cita con las urnas han sido detenidos, según ha ido narrando el propio religioso en la cuenta de Twitter que inauguró de cara a estas elecciones.

Rohani, artífice del acuerdo con Occidente para congelar la actividad nuclear de Irán en 2003, ha cambiado el verde reformista de 2009, el color usado por Mir Husein Musavi y Mehi Kerrubi, por el morado. En sus mítines se han escuchado gritos a favor de la libertad de estos dos ex altos cargos del régimen, sometidos a arresto domiciliario desde 2011 por promover lo que se conoció como la 'revuelta verde', y sus discursos e intervenciones en los debates televisivos están marcados por un tono conciliador hacia Occidente y críticas hacia el exceso de conservadurismo por parte del resto de candidatos.

Su gran rival

Teólogo de 65 años y exnegociador nuclear cuando Mohamed Jatami era presidente, su gran rival a batir en las urnas será Said Yalili, gran favorito según los expertos, que ocupa actualmente el mismo cargo de mediador atómico con Occidente. En el último debate televisivo Rohani censuró la falta de cintura de Yalili y lamentó que los avances nucleares no están trayendo una mejora en las condiciones de vida de los ciudadanos. La mala situación de la economía, asfixiada por las sanciones internacionales, será el gran caballo de batalla para el próximo presidente.

Pese a la irrupción de este clérigo en escena, la prensa internacional e iraní apunta a que estas elecciones serán para uno de los candidatos ultraconservadores, siguiendo la línea de lo ocurrido en las últimas parlamentarias. El reformismo aspira a que Rohani llegue a la segunda ronda del día 21, si es que ninguno de los candidatos supera el 50% de votos el viernes con lo que pasaría a ser el nuevo presidente de forma automática, para volver a poner sobre la mesa la opción del cambio de orientación en la república islámica. El mayor problema es el desencanto de gran parte de su potencial masa de votantes, cansada de promesas incumplidas y de cambios y aperturas que nunca llegan.