Como en California

Presentación de una nueva empresa en Cádiz, con su invitación formal, su catering de rigor -que eso siempre garantiza la asistencia- y la delegada de Innovación y Empleo amadrinando el acto. Al parecer, un nuevo proyecto de base tecnológica, quizá de complicada explicación, y ninguno de los que está detrás ha cumplido los treinta. Ahí hay enchufe seguro, piensa una.

Y luego llega este grupo de chavales, explicando que se han sacado de la manga una plataforma de trabajo colectivo, que son capaces de medir el rendimiento y la productividad de una plantilla, que crean todo un entorno dinámico de relaciones dentro la empresa y que se han pasado seis meses en Silicom Valley vendiéndoselo a la élite mundial de la innovación y el desarrollo. Y aún no han cumplido los treinta.

Lo siguiente que le pasa a una por la mente es que no pueden ser de aquí. Pero ¡oh!, sorpresa, resulta que la idea cuajó a pocos metros de donde se celebraba la presentación el pasado miércoles, en el CADE de Cádiz, desde donde llevan año y medio mimando este proyecto que nació con el nombre de Toolea. Y resulta que ya prestan servicio a 6.500 empresas de varios países. Sus responsables, expertos en marketing e ingeniería, hablan ya de iniciar la expansión por Latinoamérica e India, como una consecuencia natural, el siguiente paso obligado. No hay recetas milagrosas, ni una enorme inversión detrás, en la provincia con más paro de Europa surgen ideas de este tipo, que terminan siendo un éxito y resulta que todo es producto del trabajo y la actitud.

Estos chicos podría haber hecho las maletas y ocupar uno de los miles de puestos de trabajo que prometió Merkel en Alemania -de hecho, dominan el idioma- o apostar por cruzar el Atlántico y llevarse la idea a Estados Unidos donde todo lo que huela a empresa en internet tiene el éxito asegurado. Pero decidieron quedarse en casa, ponerle la marca Cádiz a su producto y darle una vuelta a eso de que los jóvenes no tienen salida.