Sudáfrica reza con la resignación de que es la hora de «dejar partir» a Mandela
El expresidente continúa hospitalizado debido a una severa infección pulmonar y sin ningún nuevo informe médico sobre su evolución
JOHANNESBURGO.Actualizado:En medio de multitudinarios rezos y el mutismo absoluto de las autoridades sudafricanas, el expresidente sudafricano Nelson Mandela continuó ayer hospitalizado por segundo día consecutivo. Se esperaba que la jefatura de Estado emitiera ayer un comunicado sobre la salud del venerado héroe, pero el portavoz indicó que no disponen de nueva información de los médicos. El Nobel de la Paz, de 94 años, se encontraba el sábado «grave, pero estable» a causa del empeoramiento de una infección pulmonar que arrastra desde hace meses. No obstante, era capaz de respirar por sí mismo, según el Gobierno.
El profundo cariño que despierta Mandela entre sus ciudadanos quedó plasmado ayer en una jornada dominical en la que muchas personas aprovecharon los servicios religiosos en las iglesias para orar por Madiba, como se le llama cariñosamente. Aun así, cierta sensación de resignación comenzaba a percibirse entre los simpatizantes, que se preguntaban si acaso ya había llegado el momento de decir adiós al hombre que encarnó la lucha contra el régimen de segregación racial del apartheid, impuesto por la minoría blanca del país hasta 1994.
«Es hora de dejarlo partir», titulaba en su portaba el diario 'Sunday Times', al hilo de la reflexión de un viejo amigo del exmandatario. Andrew Mlangeni -uno de los compañeros del dirigente durante el llamado Proceso de Rivonia, iniciado en 1963 por el apartheid para eliminar a todos los líderes revolucionarios del país- se dirigió a la familia de Mandela para pedirle que comprenda el delicadísimo estado de salud que atraviesa y que, de cumplirse las peores expectativas, «le dejen marchar». «Una vez que le liberen diremos: 'gracias, Dios, nos diste este hombre'», afirmó.
El sentimiento en las redes sociales no era distinto en su mayoría al del Mlangeni. En Twitter los llamamientos para aprender a vivir sin el héroe nacional se acumulaban. «¿Hay que rezar para que Tata Madiba vaya bien o para que Dios lo libere de sus sufrimientos? Creo que es hora de que lo dejemos ir», aseguraban.
Dolencia continuada
A la avanzada edad de Mandela se suman los sucesivos problemas respiratorios que ha presentado en los últimos tiempos. Esta es la cuarta hospitalización desde diciembre y además ya estuvo ingresado en enero de 2011 por infecciones pulmonares. La dolencia que acarrea es una secuela de la tuberculosis que contrajo durante su reclusión en la prisión de Robben Island, donde pasó 17 de los 28 años a los que fue condenado. No solo quebró la salud la humedad de las mazmorras, sino el polvo que inhaló al ser obligado a picar piedra durante ese periodo.
Pese a estar retirado de la vida pública desde hace años, el exmandatario sigue ocupando un lugar privilegiado en la mente de los sudafricanos por evitar un estallido de violencia racial en la transición hacia la democracia. La clausura del Mundial de Fútbol de 2010 fue el último acto oficial al que acudió. El público, emocionado, le recibió con una cerrada ovación.