Una mujer se encadena para pedir la exhumación de su bebé supuestamente robado
Sospecha que no falleció porque nunca le dejaron ver el cadáver de su hija y cree fue entregada en adopción a otra familia
VALENCIA. Actualizado: GuardarUna mujer se encadenó al Palau de la Generalitat valenciana para reclamar la exhumación de los restos mortales de su hija, fallecida a las pocas horas de su nacimiento en 1982 en el hospital Doctor Peset de la capital valenciana, con la esperanza de conocer la verdad de un caso «lleno de dudas». En declaraciones a Efe, Prace Maxia, miembro de la directiva de SOS Bebés Robados, señaló que en el caso de su hija hay «muchas irregularidades» que la empujan a pensar que no está muerta, de ahí su intención de exhumar los restos enterrados en una fosa común.
«Veintiocho años después de su presunta muerte, me enteré de cuál era la fosa donde está enterrada», afirmó Prace, que permanece encadenada desde las 18.00 horas del sábado en el edificio de la Generalitat junto a una tienda de campaña.
Prace tenía 20 años cuando el 23 de agosto de 1982 ingresó en el centro médico, donde el mismo día dio a luz a una niña que nació con malformaciones, si bien ella no la recuerda de tal forma: «Vi a mi hija al nacer y no era un monstruito». Esa fue la única vez que pudo verla, porque el médico del centro no le permitió ver a su hija dado que era muy tarde y ambas tenían que descansar.
Fallecimiento
Unas horas después de su nacimiento, su marido recibió una llamada del hospital para comunicarle que su hija había fallecido, aunque el médico y el marido prefirieron esperar al día siguiente para contárselo a Prace.
Por la mañana, la mujer preguntó dónde estaba su hija y una enfermera le dijo que en la zona de nidos, pero debido a que su cuna estaba lejos de su habitación la mujer no pudo asegurarse de que era su hija. Prace volvió a su cuarto y su marido entró para decirle que la pequeña había muerto alrededor de la medianoche.
«¿Cómo la metieron en el nido si ella había muerto la noche anterior?», se pregunta Prace. «Hay muchas cosas -afirma- que me hacen pensar que no murió».
Cuando le dieron el alta el 29 de agosto, el matrimonio recibió un informe del hospital que detallaba todas las malformaciones y señalaba que se quedaban con la niña para realizarla una necropsia. Unos días más tarde, Prace volvió al hospital con su marido para pedir el cuerpo de su hija, pero les informaron que ya había sido enterrada en una fosa común, aunque nunca le comunicaron el lugar.