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El adiós de Diego Valderas como líder de Izquierda Unida
«No seré coordinador emérito ni me retiraré a Castel Gandolfo», afirma sobre su futuro en la formación
SEVILLA. Actualizado: GuardarEl adiós de Diego Valderas al liderazgo de Izquierda Unida en Andalucía comienza la cuenta atrás. No será su adiós a la política, ya que seguirá como vicepresidente del Gobierno andaluz y posiblemente asuma un papel relevante en la dirección nacional de la formación como coordinador del programa de la reforma del Estado, algo en lo que están inmersos los partidos de izquierdas para responder al órdago independentista catalán. Pero también está por ver qué papel desarrollará a partir de ahora en la Izquierda Unida andaluza, una vez que Antonio Maíllo, respaldado por el PCA, fuerza mayoritaria de IU, y bendecido por él mismo, asuma las riendas de la formación en la asamblea que IU celebra desde el próximo viernes al domingo en Bormujos (Sevilla).
«No seré coordinador emérito ni me retiraré a Castel Gandolfo», manifestó Valderas a este periódico como advertencia de quienes le ven en el retiro dorado del papa Benedicto XVI. El nombre está por concretar, pero seguirá en el núcleo duro de IU y llevará las relaciones de esta formación con el PSOE en el Gobierno regional. Valderas, además, seguirá siendo el cargo institucional de mayor rango de IU en todo el territorio nacional.
El relevo en la dirección es la gran novedad de la 19 asamblea de Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía-Los Verdes (IU-CALV), pero no la única. Por primera vez IU afronta un congreso orgánico desde el Gobierno de la Junta.Sus resultados electorales de las autonómicas (12 escaños) no fueron los mejores de su historia -llegó a tener 20 diputados en el Parlamento-, pero han sido la llave para frenar a la derecha en Andalucía. El protagonismo de IU en la Junta se ha dejado sentir en las encuestas, que le auguran un ascenso imparable. Quizás también alimentado por el descrédito del bipartidismo PSOE-PP, pero en la coalición están convencidos de que medidas como el decreto antidesahucios le han facilitado un hilo conductor con la ciudadanía de grandes expectativas.
IU quiere aprovechar ese hilo conductor para superar la gran asignatura pendiente que deja Valderas: una estructura de base social raquítica. IU CA apenas cuenta con 10.000 afiliados (1 militante por 45 votantes de proporción). Valderas sí deja una estructura orgánica renovada y fortalecida. La mayoría de los secretarios provinciales no superan los 40 años. El futuro líder tiene 46, pero hay un plantel de dirigentes jóvenes que le acompañarán en la dirección (José Antonio Castro, Elena Cortés, Alba Doblas, Amanda Meyer, José Manuel Mariscal, Alberto Garzón...) que no llegan a los 40 años, en el caso de Garzón ni siquiera a los 30.
Gigantillo electoral
Aunque las encuestas animan, estos nuevos dirigentes ven con preocupación que se crezca electoralmente por las circunstancias favorables pero no se amplíe la base social. No quieren que IU sea «un gigantillo electoral a hombros de un enano organizativo», según José Antonio Castro, portavoz en el Parlamento. Pero incluso la estructura orgánica de IU, lo que es el puente de mando, expresión muy del gusto de Valderas, puede resentirse con el cambio de liderazgo. Valderas deja un liderazgo muy consolidado, amarrado durante 12 años. «No es un cambio cualquiera», apunta un dirigente. Conocedores del riesgo, la propuesta que hay sobre la mesa es la de una dirección coral, con Castro en el Parlamento y el propio Valderas en el Gobierno como puntales de Maíllo. «Hay que dejarle espacio», advierte el propio Valderas.
Su primer reto es sumar una candidatura unitaria, aunque la CUT-BAI, la fuerza de Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha dicho que presentará un candidato alternativo. Izquierda Abierta, el otro partido de la coalición, no lo tiene tan claro. Lo decidirá el martes. Juntos no suman más del 40%, por lo que la elección de Maíllo no corre peligro.