El multimillonario príncipe Alwaleed bin Talal. :: EFE
Sociedad

Más rico que rico

El príncipe saudí Alwaleed bin Talal demanda a Forbes por subestimar su fortuna y relegarle en su famosa lista de multimillonarios

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Existe la creencia de que los hombres más ricos del planeta no aparecen en las listas elaboradas por las revistas económicas, ni en ninguna otra a la que pueda acceder cualquier ciudadano de a pie. Hay, sin embargo, multimillonarios a quienes les disgusta no aparecer en ellas o, incluso peor, ser relegados en el escalafón donde habían sido colocados. Este es el caso del príncipe saudí Alwaleed bin Talal.

El común de los mortales se pregunta mil veces eso de «¿a quién le habrá tocado la lotería?», porque no es habitual dar con los bendecidos por la diosa Fortuna. En la inmensa mayoría, los nuevos adinerados ocultan su suerte por prudencia y también por vergüenza. Compran mansiones, coches de lujo, yates o cuadros de pintores de nombres impronunciables. Son ricos en la sombra. No es el caso, claro, del príncipe saudí en cuestión, a la sazón uno de los hombres más ricos del planeta. El pasado mes de marzo, este miembro de la familia real saudí y amigo personal del Rey Juan Carlos, montó en cólera después de que la revista Forbes le colocase en el puesto 26 de los más ricos del mundo. El consideraba que tenía que figurar muchísimo más arriba. El top ten es su objetivo.

En aquel momento y, a través de un comunicado, el príncipe aseguraba que el sistema de calificación que utiliza la revista tiene «errores» y que perjudica a los potentados de Oriente Medio. Forbes cifraba la fortuna de Alwaleed bin Talal en unos 20.000 millones de dólares, 9.600 millones menos de los que su alteza decía y dice atesorar.

De esa manera, y según explicaba en su escrito, con el cómputo total cercano a los 30.000 millones de dólares (más de 22.500 millones de euros al cambio) el príncipe se colocaría por delante de Bernard Arnault, presidente del grupo de lujo LVHM, y de los herederos del fundador de la cadena de supermercados Walmart, Sam Walton.

El príncipe saudí tiene importantes paquetes de acciones en empresas como Kingdom Holding -que levanta el rascacielos más alto de su país- o Eurodisney y en hoteles como el Plaza de Nueva York, el George V de París o el Savoy de Londres, entre otros negocios multinacionales. Entre sus posesiones figura un Airbus 380, bañado en oro, que es conocido como el 'Palacio volador'. La aeronave tiene repartidos en sus tres pisos un baño turco, cinco suites, una sala de conciertos, un comedor forrado de mármol, un sala para la oración, un establo, una halconera y un garaje para dos coches.

En España, el nombre Bin Talal saltó del anonimato a los medios de comunicación hace unos años e a raíz de una denuncia por violación presentada contra él por una modelo, durante un viaje a Ibiza, por donde de vez en cuando se deja caer con su fortuna. El asunto fue finalmente archivado por la Audiencia de Palma de Mallorca.