El exdirigente recurre y prolonga la batalla judicial
Considera que la acusación de tráfico de influencias quedará en nada, como ocurrió con la de cohecho
MADRID.Actualizado:José Blanco no se va a quedar con los brazos cruzados ante la petición del suplicatorio al Congreso para ser enjuiciado en el Tribunal Supremo por el 'caso Campeón'. Desde su entorno se informó de que el exministro de Fomento, además de estar tranquilo y confiado en que no se va a sentar en el banquillo, va a recurrir la decisión del instructor José Ramón Soriano porque la imputación está basada en un informe policial con «lagunas».
Fuentes próximas al exvicesecretario general del PSOE señalaron que está convencido de que así como las acusaciones de cohecho y prevaricación, manejadas en anteriores etapas de la fase de instrucción, quedaron en nada, lo mismo ocurrirá con la de tráfico de influencias. Un delito que, por otra parte, es difícil de probar ante un tribunal porque si el presunto influenciado y el que influye niegan las presiones es casi imposible probar el delito, según reconocen numerosos juristas.
Blanco, a través de sus portavoces, se ratificó en que dejará su escaño por Lugo el día en que se dicte la apertura del juicio oral. Un trámite que el exministro intenta parar con su recurso ante la petición del suplicatorio, una impugnación que, de todas maneras, tiene pocas posibilidades de prosperar. El tráfico de influencias está penado de seis meses a dos años de prisión.
El líder del PSOE, entretanto, mantuvo su fe ciega en que Blanco no ha vulnerado la ley en el 'caso Campeón'. Interrogado sobre si pondría la mano en el fuego por la honradez del exministro contestó con un seco, pero rotundo «sí, sí». Alfredo Pérez Rubalcaba defiende a capa y espada la rectitud de su compañero ante los hechos que se le imputan, una postura que mantiene desde que se abrió la investigación. Es tal su fe que durante la última campaña electoral en Galicia aprovechó un mitin en el que estaban los padres de Blanco para decirles que tenían «un hijo honesto».
Aunque la estrella política del exministro está en una fase declinante por su estrecha vinculación con José Luis Rodríguez Zapatero, cuenta con el respaldo de la dirección de su partido, donde nadie ha planteado ni siquiera sugerido que Blanco debe dar un paso al costado y dimitir.