La Policía desmonta el gimnasio del falso monje shaolín
Los ertzainas revisan las imágenes de un ordenador que encontraron en el centro y buscan rastros de otras posibles víctimas
BILBAO.Actualizado:La Ertzaintza está desmontando el gimnasio Zen4, regentado por el falso maestro shaolín en pleno centro de Bilbao y en el que presuntamente mató a Ada y Yenny, en busca de evidencias de otras posibles víctimas. Los especialistas llevan toda la semana picando paredes, techos y suelos para descartar que quede ningún resquicio sin mirar. El centro deportivo de artes marciales tenía una estructura complicada y recientemente Juan Carlos Aguilar Gómez había realizado unas obras que a los investigadores les resultaron sospechosas.
Por otro lado, revisan también las imágenes que contiene un ordenador que los ertzainas encontraron abierto el domingo cuando a las cuatro de la tarde descubrieron al monstruo en plena orgía sangrienta y salvaron a la prostituta nigeriana Ada Otuya, que estuvo tres días en coma en el hospital de Basurto, pero falleció el pasado miércoles por la mañana, convirtiéndose en la segunda víctima mortal conocida del presunto asesino en serie. Los agentes intentan discernir entre las fotografías de alumnos de las de otras mujeres a las que el shaolín pudiera haber captado.
El jefe de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, reveló en una entrevista a una emisora colombiana que la Ertzaintza trabaja con la hipótesis de que existen más víctimas dado el perfil del presunto criminal y su cruel 'modus operandi' en el que demostró ciertas habilidades. La Ertzaintza se ha incautado de cuchillos, algunos con restos de sangre, y de una rotaflex con la que habría despiezado el cráneo.
Después de acabar presuntamente con la vida de Yenny Revollo, la descuartizó, desolló y repartió los trozos en bolsas de plástico para ir deshaciéndose de ellos. De hecho, tuvo que hacer desaparecer algunos porque el cadáver está incompleto, le faltan los brazos, entre otras partes, y llevó otros restos a su casa. A las manos les había cortado la falange del dedo índice con la idea de que la víctima no pudiera ser reconocida, pero los policías lograron identificarla porque estaba reseñada mediante la huella del dedo medio de una mano.
El cuerpo fragmentado había empezado el proceso de descomposición y había sido despiezado horas después de la muerte. Aguilar confesó en comisaría que había matado a Yenny y que pretendía repetir el cruento ritual también con Ada, aunque luego ante el juez no declaró como por error se informaba ayer.