La división del Poder Judicial marca la elección de los dos miembros del Constitucional

Horas calientes en los despachos del Consejo General del Poder Judicial. Los 20 vocales buscaban ayer un acuerdo contrarreloj para nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional en un pleno extraordinario que se celebrará hoy. El objetivo es lograr los 13 votos necesarios para la elección. En principio, todo indica que habrá consenso, pero los intereses cruzados y los recelos personales con alguno de los candidatos en liza mantienen en vilo las nominaciones.

Corrillos, grupos, reuniones de despacho y telefonazos. El trasiego en la sede del gobierno de los jueces da buena muestra de la transcendencia del pleno. Se elegirá a dos nuevos miembros de la corte, un conservador y un progresista, junto a los dos conservadores que nombrará también hoy el Gobierno.

Todos ellos sustituirán a los progresistas Pascual Sala, presidente de la corte, Pablo Pérez Tremps y Manuel Aragón y al conservador Ramón Rodríguez Arribas.

Este trasvase de magistrados cambiará la tendencia del Constitucional nueve años después de progresista a conservador. Todo ello con asuntos de calado pendientes de resolver, como la ley del aborto, la reforma laboral, la declaración soberanista de Cataluña o el euro por receta, entre otros casos.

Favoritos

Los dos magistrados que debe nombrar el Consejo salen de una quiniela cerrada. Entre los progresistas están los jueces del Supremo Cándido Conde-Pumpido, exfiscal general del Estado, y José Antonio Xiol, y en las filas conservadores, Ricardo Enríquez y José Manuel López García de la Serrana. En el caso de que no haya acuerdo hay dos suplentes, Juan Carlos Campo, exsecretario de Justicia, y el magistrado del Supremo Santiago Martínez Vares.

La designación se conocerá en la sesión plenaria y el presidente del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, es partidario de lograr el acuerdo entre los dos candidatos con más apoyos tras la primera votación, según confirmaron fuentes judiciales.

Los principales obstáculos entre uno y otro nombre son los intereses cruzados de los vocales y los recelos que levantan sus perfiles. Por ejemplo, no todoslos vocales progresistas ven con buenos ojos a Conde-Pumpido y en el lado contrario, no todos apoyan a García de la Serrana por su marcado conservadurismo. Quizá Xiol sea el magistrado que más consenso levanta entre los primeros y Enríquez, para los segundos. Pero con un Consejo roto en mil pedazos no está dicho nada.