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EE UU acusa al soldado Manning de ayudar a Bin Laden
La Fiscalía sostiene en el juicio que el militar colaboró con Al-Qaida al entregar a Wikileaks más de 700.000 documentos falsificados
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarEl juicio de Bradley Manning era ayer una realidad virtual ignorada en los medios tradicionales. #Manning era tendencia mundial, pero ni siquiera se mencionaba en las televisiones de más audiencia. Su cautiverio, también lo ha sido. El soldado que tendría que haber sido juzgado en los primeros 120 días desde su arresto ha tenido que esperar más de tres años al juicio militar en el que se le acusa de «ayudar al enemigo», entre otros 21 cargos. Ese enemigo innombrable es Al-Qaida, y para demostrarlo un Navy Seal declarará sobre los documentos de Wikileaks encontrados en el ordenador de Osama bin Laden.
Para algunos, Manning, de 26 años, es un héroe que está pagando el precio de haber informado a la sociedad de lo que hace su Gobierno. Para otros, es un traidor que robó documentos mientras estaba destinado en Irak y puso en peligro la vida de muchos al airear información clasificada en Internet. Pero para todos, el caso de Manning tendrá serias repercusiones. Los expertos advierten de que si cualquiera que cuelgue información que sea de interés para el «enemigo» puede ser acusado de alta traición, muchos pueden correr su suerte.
Durante las audiencias previas al juicio que se inició ayer en Fort Meade (Maryland), uno de los abogados preguntó al fiscal si Manning estaría enfrentando los mismos cargos de haber entregado el paquete de documentos clasificados a un diario cualquiera como The New York Times. La respuesta fue «sí». Dado que la Administración Obama ha batido récords en la persecución legal a los miembros de su Gobierno que han filtrado información a la prensa -seis, el doble que todos los Ejecutivos anteriores juntos-, el miedo a convertirse en el próximo Manning empieza a cundir. Los medios también temen que sus fuentes dejen de confiar en ellos, particularmente después de que el Ministerio de Justicia requiriese las llamadas registradas en una veintena de teléfonos de Associated Press para determinar quién le había filtrado información relacionada con un atentado desmantelado.
Campaña mediática
La 'Verdad' tenía ayer la entrada vetada a la sala donde se celebra el juicio. La jueza militar, coronel Denise Lind, que preside el caso, decidió impedir el acceso a cualquiera que vistiese camisetas negras con la palabra 'Truth' (Verdad), que visten los seguidores de Manning. Según la Fundación Libertad de Prensa, 280 de los 350 periodistas que han solicitado acreditaciones para cubrir el juicio han sido rechazados, por lo que los principales medios de EE UU han iniciado una campaña en la que piden que se autorice la presencia de dos taquígrafos, pagados con donaciones. Los que pueden entrar a la sala tienen que dejar en la entrada los teléfonos, grabadoras y hasta el cuaderno de notas. Tampoco se ha autorizado la distribución de copias de los documentos oficiales ni transcripciones de las audiencias celebradas.
Además, parte del juicio se realizará a puesta cerrada con el argumento de que se presentará información sensible para la seguridad nacional. La fiscalía dijo a la jueza en febrero que más de la mitad de los 141 testigos que anticipaba testificarán sobre información clasificada, lo que dejará en la oscuridad el 30% del juicio, estimado en más de tres meses.
Ayer, ambas partes presentaron a la jueza la versión de los hechos que defenderán en las próximas semanas. Manning ha preferido dejar su suerte en manos de esta coronel que ya ordenó que se le resten 112 días a su condena por el tiempo que permaneció encerrado 23 horas al día en una celda sin ventanas, a menudo desnudo. Una forma ilegal de castigarle, a ojos de la coronel que puede condenarle a cadena perpetua, si acepta la tesis de la fiscalía.
Mientras su abogado David Coombs le presentó como un «joven ingenuo de buenas intenciones», convencido de que «si el público tenía acceso a esos documentos se lograría un mundo mejor», el fiscal tenía una versión muy distinta. Para él Manning actuaba bajo las órdenes de Wikileaks al servicio de Al-Qaida «recolectando sistemáticamente» miles de documentos -más 700.000-. Coombs sostuvo que su defendido seleccionaba aquéllos en los que no se identificaba por su nombre a diplomáticos o fuentes de inteligencia, en un intento de evitar daños colaterales. «Estaba convencido de que esta información demuestra lo poco que valoramos la vida», afirmó. Prueba de ello es el vídeo grabado en 2009 desde un helicóptero Appache que se disparó contra civiles desarmados, incluyendo un fotógrafo de Reuters fallecido. El Pentágono sostuvo que eran insurgentes, hasta que el vídeo obtenido por Manning vio la luz en Wikileaks.