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Imperial Tobacco confirma el cierre de Altadis en Cádiz

La compañía se da de plazo hasta diciembre para consumar el cerrojazo. La planta polaca de Tarnovo se lleva la producción de la Bahía. Se pierden más de 200 empleos

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Altadis ha puesto en marcha un plan de reorganización que supone el cierre de la planta de Cádiz y que a nivel nacional afectará a un total de 114 trabajadores, el 8,1 por ciento de la plantilla, integrada por cerca de 1.400 empleados, ante la "compleja" situación que atraviesa el mercado de tabaco en España, que ha sufrido una caída de ventas en volúmenes de cigarrillos de más del 40 por ciento en los últimos cuatros años. Desde 2009 Imperial Tobacco ha cerrado tres plantas en España: Alicante, Palazuelos (Cáceres) y Cádiz.

Dicho plan incluye las áreas de marketing y ventas y servicios centrales, a lo que se suma el cese de actividad previsto para diciembre de este año de la planta de Cádiz, que cuenta con 76 trabajadores, según ha informado la tabaquera.

Altadis ha comunicado hoy a los representantes de los trabajadores el plan de reorganización, que persigue incrementar la eficiencia y competitividad de la compañía en el actual entorno económico. La tabaquera ha achacado el descenso de ventas fundamentalmente a la influencia de dos factores que se han agravado en los últimos cuatro años: la presión regulatoria sobre el tabaco y el considerable aumento del comercio ilícito provocado en gran medida por la situación de crisis económica y cuyo índice se estima ya próximo al 12 por ciento de las ventas legales.

La dirección de la compañía ha propuesto a los representantes de los trabajadores la aplicación de la cláusula de garantía del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) aprobado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en marzo del año 2009, al tratarse de causas muy similares a las que lo motivaron y estar contemplada esta posibilidad en el acuerdo.

Ello permitiría, según Altadis, que del total de trabajadores afectados por el plan de reorganización, 78 se pudieran acoger a la prejubilación. La compañía ha asegurado que propondrá la mejor solución posible a los 30 trabajadores fijos restantes, incluida la baja incentivada con una indemnización de 45 días por año trabajado, y la posibilidad del traslado a otras fábricas de Altadis en España para el caso de los 10 trabajadores fijos de Cádiz que no pueden acogerse a la prejubilación.

El centro de transformación de tabaco de Cádiz, que cuenta con 76 trabajadores, tiene previsto el cese de su actividad en diciembre de este año.En este caso, a la caída de los volúmenes de ventas de cigarrillos se añade también el hecho de que la demanda de tabaco expendido que se realiza en el centro ha caído sustancialmente, por lo que su volumen de producción puede ser asumido por otra fábrica del grupo, según ha explicado la tabaquera.

Altadis ha subrayado que siempre ha utilizado la vía del diálogo con los representantes de los trabajadores, lo que ha permitido aplicar distintas iniciativas de ayudas sociales que han contribuido a reducir el impacto de los distintos procesos reestructuración acometidos en el pasado.

La mala noticia, adelantada por LA VOZ el pasado fin de semana, la ha confirmado esta misma mañana en la planta gaditana ante los trabajadores el director general de producción para Europa occidental de Imperial Tobacco, Ian King, quien se ha dirigido a la plantilla asistido por un traductor. King ha puesto como fecha tope para el cierre finales de diciembre de este año y de los 76 trabajadores de la planta, diez se quedan fuera del proceso de salidas incentivadas ya que están por debajo de los 51 años. La empresa ofrece 45 días por año trabajado que es lo recogido en el ERE que practicó en 2009 a 223 trabajadores de la planta de Cádiz. A los trabajadores que se han quedado fuera se les ofrece la posibilidad de trasladarse a Logroño o Santander, las dos únicas plantas españolas que quedan abiertas desde que Imperial Tobacco compró en 2008 la compañía Altadis. Los trabajadores intentarán pese a todo que la factoría gaditana se mantenga con vida hasta 2014 como almacen algo que de entrada lo ha negado el director general.

Imperial Tobacco se hizo con la tabaquera Altadis en 2008 y justo al año siguiente de su compra presentó un ambicioso plan de reorganización de sus plantas. La reestructuración impuesta por los nuevos gestores obligó a cerrar la factoría de Alicante, a concentrar la actividad en las de Logroño y Santander, y recortar las líneas de producción en las de Cádiz y Palazuelos (Cáceres). En el caso de la factoría extremeña, la agonía duró un año y parte de sus trabajadores fueron recolocados en la de Cádiz. La planta gaditana sufrió un ERE que afectó a 223 trabajadores y vio como en un año también se cerraron dos de sus tres líneas de producción: la de tabaco reconstituido y la de preparación de liga. Solo quedó abierta la línea de tabaco expandido y los almacenes. En estos momentos, la plantilla de la factoría de Cádiz es de 76 trabajadores. La sobrecarga de trabajo en la línea que quedo abierta obligó hace dos años a la ampliación de un cuarto turno de trabajo, debido a la reordenación también de las plantas alemanas, pero este cuarto turno se eliminará a finales de este mes.

Los trabajadores gaditanos saben que los planes que presentó Imperial Tobacco en 2009 eran la crónica de una muerte para la planta de Cádiz. Es decir, si primero cerró la de Alicante y luego la de Palazuelos, la tercera en caer sería la gaditana. Los acontecimientos se han acelerado tras la apertura el pasado abril de un complejo logístico de producción y distribución en la localidad polaca de Tarnovo. Imperial Tobacco ha desplazado sus intereses a los países emergentes de la Unión Europea, donde los costes laborales son más bajos.