La huida de un perro de presa causa terror en Toledo
El pitbull se escapó de su dueño, vagó seis horas, mordió a un niño en la cara e hirió a otros dos antes de ser abatido
TOLEDO.Actualizado:Un niño de dos años permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Virgen de la Salud de Toledo después de que sufriera graves mordeduras en el rostro tras el ataque de un perro de presa, de raza pitbull, que también llegó a abalanzarse sobre otros dos menores antes de ser abatido por agentes de la policía local tras seis horas de huida. El suceso ocurrió el sábado por la tarde en las inmediaciones del parque del Lucero, situado a la entrada de la ciudad desde la autovía de Madrid.
El perro, que había escapado de la custodia de su dueño, se abalanzó sobre el menor cuando éste jugaba y le mordió en la cara. La rápida intervención de los familiares del menor y de otros vecinos que se encontraban en el lugar evitó que el ataque tuviera consecuencias más trágicas. No obstante, el pequeño fue evacuado en pocos minutos al hospital donde tuvo que ser intervenido de urgencia quirúrgicamente de fuertes desgarros en el rostro.
Según fuentes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, su vida no corre peligro a pesar de la gravedad de las heridas. «Deseo que el niño se restablezca pronto y que lo que ha pasado no deje secuelas a los tres niños atacados», declaró al respecto ayer el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.
Persecución
El niño fue la tercera víctima del pitbull en cuestión seis horas. Según informó el concejal de Seguridad Ciudadana Rafael Perezagua, poco antes había atacado a una niña de seis años en otro punto de la ciudad, siendo sus propios familiares quienes se encargaron de trasladarla al hospital en un coche particular. Horas más tarde, tras morder al niño de dos años en el parque, se encontró en su huida con otro menor, de 12 años, al que mordió igualmente, si bien las consecuencias en estos dos casos fueron menos graves que la anterior.
La peligrosa y corta vida en libertad del perro acabó a primera hora de la madrugada de ayer, cuando agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local de Toledo lo acorralaron y capturaron cerca del parque del Lucero, en la zona del campo de fútbol del Salto del Caballo.
El perro tuvo que ser abatido por los agentes porque había demostrado ser «muy peligroso», aclaró el concejal de Seguridad Ciudadana. Más tarde se comprobó que el can llevaba un microchip de identificación bajo la piel. Gracias a ello, su dueño pudo ser identificado, localizado y fue llevado a comisaría a declarar. Finalmente quedó en libertad a la espera de que el caso sea judicializado.