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Interior del nuevo local que cuenta con paredes de 10 metros de alto. :: J. M.
Vejer Las Delicias

El sitio del ¡ohhh!

Además de una llamativa decoración, este establecimiento ofrece una carta variada y con vocación de atraer a un público joven

José Monforte CÁDIZ.Actualizado:

Es el sitio del ¡ohhhhh!. Los gestos de admiración se repiten una y otra vez cuando alguien traspasa la casapuerta que comunica el mirador de La Corredera, desde donde se ve media provincia desde Vejer, con la sala del restaurante Las Delicias. El sitio impacta. Las paredes, de 10 metros de altura están completamente recubiertas de palets de madera, todos reciclados, 280 en total. Estos también cuelgan a media altura soportando las bombillas que iluminan las mesas. En medio de la estancia unos grandes andamios pintados de negro. Se utilizaron para hacer la obra y ahora decoran el local. La parte baja sirve de barra pa comer y en la de arriba acogen grandes macetones con plantas naturales. Al fondo en lo que era el antiguo escenario de un teatro que tuvo Vejer en el siglo XIX está la barra donde reina el nombre de 'Las Delicias' que se ilumina por la noche con bombillas.

Los propietarios dicen que Gaspar Sobrino, la persona que ha diseñado este espectacular espacio, tardó apenas dos días en concebir la obra. En ese plazo, 48 horas, recibieron de él una recreación en tres dimensiones de lo que pasaría de ser un almacén abandonado a un sitio que, con toda seguridad, será la sensación del verano en la zona. El reto que le planteó Grupo Corredera 31 era transformar un antiguo teatro, construido en 1840 y que estuvo en pie hasta 1920, en un local de hostelería. Era complicado imaginar algo allí. El local albergaba hace 3 años, cuando lo adquirió esta sociedad formada por 4 vejeriegos, un almacén abandonado donde habían anidado las palomas. Se había dividido el almacén en dos plantas. La gran idea de Sobrino fue eliminar el segundo piso y dejarlo todo como un espacio que recuerda al de las iglesias con techo a dos aguas, paredes altísimas que parecen llegar al cielo y grandes ojos de luz por donde entra la claridad. Los ojos de luz si se han respetado, al igual que la estructura del antiguo teatro. De hecho en la decoración interior se reproducen en un dibujo gigantesco una especie de palcos.

Variedad

Abren desde el mediodía. El salón interior tiene capacidad para unas 50 personas. A pesar de que el interior es un espectáculo no se queda atrás la terraza, cubierta y adornada con mesas también construidas con palets de madera reciclados. Vistas de toda la zona de La Janda. Por la tarde también hay meriendas con tartas de elaboración propia y por la noche el local juega mucho con todo el complejo de luces situado tras los palets y que permite cambiar de iluminación. La idea es que por la noche el restaurante se transforme en sitio de copas. Se nota que apuestan más bien por un público joven y «tenemos como uno de los objetivos que los vejeriegos se acerquen a este espacio», señala Víctor.

Con todo esto, el reto para el cocinero es importante porque estar a la altura de la decoración del establecimiento es complicado. El objetivo aún parece más complejo cuando se observa la carta y se comprueba que entre los 43 platos que se ofrecen el más caro, un sashimi de atún rojo de almadraba, cuesta ocho euros. La media está entre los 4 y los 5. La cantidad sería lo que se conoce como media ración.

Hay carta de vinos con presencia de algunos vinos de la Tierra de Cádiz y Jereces y también se recogen varios tipos de cervezas. Héctor Sanz Pedrejo, el jefe de cocina del establecimiento, estuvo en dos ocasiones de prácticas en el Celler de Can Roca, considerado ahora el mejor restaurante del mundo y su último trabajo antes de venirse a Cádiz fue en el Hotel Ritz de Madrid donde se ocupaba, sobre todo, de la pastelería, una de sus áreas preferidas. La carta tiene un estilo informal. Se ve que en el restaurante buscan captar a un público joven. Hay ensaladas, molletes rellenos, varios tipos de hamburguesas, todas ellas realizadas en la casa, tostas, revueltos y al final algo de carne y pescado. Todo está pensado para compartir y las presentaciones son atractivas y divertidas.