Rajoy vende optimismo y avanza cifras «claramente esperanzadoras» de paro
El presidente afirma que no subirá el IVA reducido pese a lo recomendado por Bruselas y que antes de 2015 bajará el IRPF
BARCELONA.Actualizado:Sin querer lanzar las «campanas al vuelo», ni hablar de que la salida de la crisis está a la «vuelta de la esquina», el presidente Mariano Rajoy dibujó ayer en Sitges (Barcelona) un panorama razonablemente optimista de la economía española. «Hoy podemos decir que lo peor de la crisis ha pasado y que los momentos más críticos los hemos dejado atrás», afirmó en línea con lo apuntado un día antes precisamente en el mismo foro -la reunión anual del Círculo de Economía- por el ministro Luis de Guindos.
El jefe del Ejecutivo citó algunos de los indicadores que, a su juicio, invitan a pensar que no volveremos a vivir momentos pasados de mal recuerdo, que achacó a una «histeria colectiva que ve paisajes apocalípticos». Así, señaló que ya nadie pone en duda la irreversibilidad del euro, las tormentas monetarias han amainado, la inflación está en mínimos históricos, el sector exterior ha recuperado casi toda la competitividad, las cuentas públicas «avanzan» hacia la «consolidación» y el sistema financiero ha culminado su restructuración. Aunque, sobre todo y pese a los más de seis millones de parados, el Gobierno observa como brote verde -expresión de la que Rajoy dijo no ser «propenso» a usar- «una mejor evolución del empleo en relación al ciclo económico».
Llegó incluso al punto de adelantar que las cifras de paro y cotizantes a la Seguridad Social correspondientes a mayo, que el Ministerio de Empleo publicará este martes, serán «claramente esperanzadoras», lo que achacó a los efectos de 'su' reforma laboral. Tres días después de que la OCDE vertiera un nuevo jarro de agua fría sobre la economía española, vaticinando que la tasa de desempleo llegará a un nivel récord del 28% en 2014, Rajoy trató de lanzar un mensaje de confianza porque, a su juicio, el mercado de trabajo se está comportando mejor que en años precedentes, los de mayor destrucción de puestos de trabajo, y los descensos de paro registrados entre marzo y mayo -destacó- son «alentadores».
Blindados al pánico
Ante la flor y nata del empresariado catalán, el presidente quiso vender su gestión, repasando la política de reformas llevada a cabo por su gabinete que, a su juicio, ha permitido a España «blindarse contra los no pocos interesados movimientos de pánico». La situación hace un año era de amenaza de rescate 'a la griega' o 'a la portuguesa', recordó, y hoy «nadie habla de intervención».
«Llevamos año y medio eliminando obstáculos del camino de la recuperación económica y de la creación de empleo», dijo Rajoy en su intervención, en la que exhibió algunos de sus «logros», como haber «conseguido frenar el deterioro de las cuentas públicas», ya que el déficit ha pasado del 9% al 7% del PIB. Y frente a aquellos que en el PP le acusan de no haber hecho nada en la reforma de las administraciones, apuntó que ha reducido el número de empleados públicos en 375.000 en año y medio. Además, y frente a las críticas por el rescate multimillonario al sector financiero, dijo que con su reforma se están sentando las bases para que el deseado crédito «fluya».
Eso sí, entre las reformas que tiene ahora en mente no está el incremento de los tipos reducidos del IVA, pese a las recomendaciones hechas por la Comisión Europea tras flexibilizar su tope de déficit. Rajoy afirmó que no va a subirlo para productos como el pan y la leche porque, según él, ni siquiera desde Bruselas se le pide que los eleve. Lo que si hará, afirmó, es bajar el IRPF «en cuanto tenga la más mínima posibilidad», «lo más tardar» en 2015, antes del fin de la legislatura. «No me pasará lo que a George Bush padre», dijo, en referencia a su derrota electoral ante Bill Clinton en 1992 por incumplir su promesa de no subir impuestos. Su prioridad, no obstante, es avanzar en la unión bancaria y fiscal a nivel europeo para que la UE crezca y, con ella, lo pueda hacer España.