Erdogan reconoce excesos policiales pero advierte a los 'indignados' de que no cederá
Tacha de "ideológicas" las protestas, en las que muchas personas piden la dimisión del Gobierno
ESTAMBULActualizado:El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que no cederá frente a las protestas que desde la madrugada del viernes paralizan Estambul y se extienden a otras ciudades de Turquía. En un discurso pronunciado en Estambul, el mandatario ha tachado de "ideológicas" las protestas, cuyo objetivo inicial era salvar un céntrico parque de la ciudad, aunque ahora muchos manifestantes piden la dimisión del Gobierno, al que acusan de utilizar una violencia policial desmesurada. "Este incidente ya no tiene nada que ver con el Parque Gezi, se ha convertido en algo ideológico, para conquistar (la alcaldía de) Estambul", ha asegurado Erdogan, prometiendo que el proyecto de urbanizar el parque iba a continuar.
Varias ciudades de Turquía, sobre todo Estambul y Ankara, han vivido este sábado violentas manifestaciones con decenas de miles de personas que han protestado contra el Gobierno, aunque los manifestantes parecen haberse impuesto por el momento, al retirarse la policía de algunas plazas.
Mientras que en Estambul las manifestaciones han tenido lugar en la céntrica plaza de Taksim y el adyacente parque Gezi, en Ankara miles de estudiantes han ocupado la también céntrica plaza de Kizilay, donde decenas de personas han resultado heridas en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
En Estambul el objetivo de las protestas era salvar uno de los pocos espacios verdes del centro de la ciudad de la especulación urbanística, pero su desalojo en la madrugada del viernes desencadenó una batalla campal con la policía que duró sin interrupción hasta la media tarde local del sábado. Barricadas levantadas en las arterias comerciales de la ciudad y el lanzamiento de adoquines, repelidos por chorros de agua a presión y grandes dosis de gases lacrimógenos, mantuvieron en vilo a la población durante toda la noche, bajo el compás de las caceroladas en numerosos barrios.
Las pintadas que piden la dimisión del primer ministro turco se han multiplicado en el centro de Estambul y los manifestantes coinciden en que no se trata ya del parque, sino de impedir que el Gobierno actúe sin rendir cuentas a la ciudadanía. "No sé si salvaremos el parque, pero ya se trata de que nos salvemos nosotros", ha opinado una funcionaria que considera estas protestas "las mayores que se han dado en Estambul", al menos desde la llegada al poder de Erdogan, en 2003.
Pulso
La confrontación con la policía ha activado a diversas capas de la sociedad, entre ellos numerosos jóvenes y menos jóvenes de clase media, que llevan tiempo lamentando la pretensión del Gobierno a marcar un estilo de vida con menos ocio, menos alcohol y menos libertades individuales, más acorde a un modelo de vida islamista. El violento desalojo del parque Gezi sólo ha sido la gota que ha colmado el vaso de un largo descontento con el estilo de Gobierno de Erdogan, consideran muchos manifestantes.
El ministro del Interior turco, Muammer Güler, ha informado de que se han efectuado 939 detenciones en las más de 90 manifestaciones que se han celebrado este sábado. "Algunos de los detenidos ya han sido puestos en libertad", ha explicado Güler en declaraciones a la prensa retransmitidos por la televisión estatal turca. Las protestas se han saldado además con un total de 79 heridos, según Güler.
Las protestas se han extendido a todo el país, sobre todo a la capital, Ankara, donde se han registado este sábado nuevas marchas de miles de personas que ocuparon la plaza de Kizilay, vetada desde hace 30 años a las manifestaciones políticas. Unas treinta personas han resultado heridas en los enfrentamientos con la policía, entre ellos una que fue arrollada por un vehículo blindado, han informado las emisoras locales. Horas más tarde, los agentes abandonaron la plaza y la dejaron en manos de los manifestantes.
Tras un discurso del presidente turco, Abdullah Gül, que llamó a la moderación y al diálogo, la policía también se retiró de la plaza Taksim en Estambul, lo que calmó los ánimos, aunque en otros barrios seguían los enfrentamientos. Al ceder la policía ese espacio, decenas de miles de personas ocuparon la simbólica plaza y el parque, donde algunos activistas destruyeron dos vehículos policiales e incendiaron una caseta que, según ellas, servía de garita a la policía. El ambiente en el parque se convirtió pronto en festivo, acudiendo incluso familias, para celebrar la recuperación del espacio amenazado. Aunque por ahora los manifestantes parecen haber ganado la batalla, nadie se atreve a vaticinar qué puede ocurrir mañana y si el Gobierno dará marcha atrás o si vuelven los enfrentamientos.