El-Asad se declara listo para responder a Israel
El presidente sirio anuncia en la televisión de Hezbolá que ya dispone del sistema antiaéreo ruso S-300 Tel Aviv advierte al régimen de que impedirá que los misiles enviados por el Kremlin «lleguen a estar operativos»
DAMASCO.Actualizado:El primer envío del sistema antiaéreo S-300 «ya está en Siria». Bashar el-Asad concedió una entrevista al canal libanés Al-Manar, vinculado a Hezbolá, para anunciar la llegada de las nuevas armas rusas y adelantar que «el resto del envío llegará pronto».
El anuncio llegó tan solo 48 horas después de que Moscú informara sobre su intención de dotar a Damasco de una tecnología que vecinos como Israel consideran una amenaza y que serviría para responder en caso de bombardeos como los de comienzos de este mes. El asesor de seguridad nacional israelí, Yaakov Admiror, señaló que su país «no permitirá que los S-300 lleguen a estar operativos».
Rusia es, junto a Irán y China, el gran aliado diplomático y militar de El-Asad y con este gesto reafirma su apoyo frente a las dudas que Estados Unidos y la Unión Europea siguen teniendo respecto a la oposición. Como justificó el martes el viceministro de Exteriores, Sergei Riabkov, el suministro de misiles antiaéreos pretende disuadir a algunos «cerebros calenturientos» de una intervención militar exterior en el país árabe. Fue una respuesta inmediata tras conocerse el levantamiento del embargo de armas a Siria de la Unión Europea. Para el diputado Sharif Shehade «esto cambia las reglas del juego. Vivir bajo la amenaza constante es peor que afrontar directamente el peligro. Estamos listos para la lucha contra Israel».
El presidente concedió su segunda entrevista a un medio internacional en este mes. El dirigente aseguró que la balanza en el campo militar se ha inclinado a favor del Ejército, que lucha contra «más de 100.000 combatientes árabes y extranjeros» y continuará esta lucha «hasta la eliminación de los 'terroristas'», forma de referirse a la oposición armada. A diferencia de lo que respondió a la prensa argentina en su anterior entrevista, por primera vez admitió la presencia de Hezbolá en suelo sirio afirmando que la milicia libanesa y el Ejército «están en el mismo campo».
El otro pilar de la intervención fue Israel, a quien alertó de que en caso de nuevo ataque «habrá respuesta». El dirigente señaló además que «el Gobierno no se opondrá a ningún grupo que quiera participar en la guerra para liberar el Golán», un frente que después de cuatro décadas de estabilidad amenaza con reabrirse. Por último, El-Asad tomará parte en la cumbre de paz de Ginebra apadrinada por rusos y estadounidenses.
Las palabras del líder sirio circularon por los medios oficiales desde primera hora, pero la emisión de la entrevista se produjo a las nueve de la noche. Fue el epílogo de una jornada especialmente violenta en Damasco debido al intenso fuego de la artillería que hizo temblar los cristales de las casas. «Desde que Israel bombardeó el monte Casium parece que los nuevos cañones están en pleno casco urbano», comentaba un abogado jubilado en la céntrica plaza de Hyjaz sobresaltado con las explosiones. La sorpresa duró poco y los ciudadanos siguieron con su vida normal. Los medios oficiales informaron de que el Ejército lanzó una ofensiva para «asegurar» el este de la capital y logró avanzar hasta la ciudad de Adra.
Llamada de socorro
Mientras la lucha se intensificaba en el este de la capital, la Coalición Nacional opositora realizó un llamamiento a la comunidad internacional para lograr la apertura de un corredor humanitario por el que evacuar a los heridos en Qusair.
Este enclave estratégico en la frontera libanesa está rodeado por Ejército y milicianos de Hezbolá que tratan de recuperar el control de este punto clave para el suministro de la oposición armada. «Qusair ha sufrido constantes bombardeos y un gran número de civiles que viven en la zona resultaron heridos. Hay que trasladarles a hospitales lo antes posible», rezaba el comunicado de una coalición que vinculó el final de la «masacre» de Qusair con su participación en la cumbre de Ginebra.
«La Coalición Nacional no va a participar en ninguna conferencia internacional de paz, ni en esfuerzos en este sentido ni en una solución política ante la participación de Hezbolá en la masacre de Qusair», señaló el líder opositor, George Sabra, en Estambul. Una nueva condición después de pedir un calendario que estipule la marcha de El-Asad, algo «imposible de cumplir» para Serguéi Lavrov. El jefe de la diplomacia rusa pidió una vez más un proceso negociador «sin ningún tipo de condiciones previas».