Miedo
Actualizado:Se están celebrando reuniones de algunos colectivos del Carnaval para la presentación de propuestas a posibles cambios del reglamento del Concurso de Agrupaciones. La primera impresión que me han dado sus coloquios y comentarios es el gran miedo que hay en general al cambio y a la renovación. Algunos querrán rebatirme con multitud de argumentos esta afirmación. Unos dirán que las cosas no se cambian si funcionan bien. Otros se defenderán con el trillado tema de la tradición de nuestros antepasados. Muchos hasta achacarán la incapacidad del jurado para valorar las innovaciones por falta de unidad de criterio, o incluso rebatirán los muchos problemas técnicos que traerían dichos cambios. Pues bien, ni las cosas funcionan bien, excepto para los de siempre, ni aquí se mantiene la tradición como comprobarán, ni la actuación, puntuación y formación actual del jurado es la más correcta.
Polkas, valses, marchas y demás piezas que cantaban antiguamente las agrupaciones han ido desapareciendo de los repertorios de hoy en día. Si fuésemos tan meticulosos con el respeto a la tradición como queremos hacer ver a los demás, habría que tener los suficientes arrestos para mantenerlos o rescatarlos a capa y espada. Es muy fácil ser muy tradicional para unas cosas y después cantar un tango que cada año se aleja más de la estructura rítmica de su origen, o defender el tres por cuatro del pasodoble interpretándolo con un pasodoble al compás cuatro por cuatro y encima tirando por tierra a los innovadores, o quizás hacer una comparsa que lleva en gala su fidelidad a sus ancestros y después cantan a más voces que el Orfeón Donostiarra (más quisieran).
Es miedo, convénzanse, miedo a perder lo que se tiene, a perder el estatus quo adquirido a lo largo de muchos años en el Carnaval. Es miedo a no saber competir de otra manera, es miedo a la incapacidad de imaginar, de crear, de inventar, es miedo a no saber estar a la altura para concursar de una manera distinta.
En definitiva es miedo a que le quiten su gallina de los huevos de oro.