Pancho Villa cabalga en viñetas
Los autores narran con tintes épicos una contienda en que los revolucionarios vencieron a las tropas del dictador Victoriano Huerta El dibujante Eko y el escritor Taibo II recrean la batalla de Zacatecas, un hito de la revolución mexicana
MADRID. Actualizado: GuardarLa figura de Pancho Villa cabalga en México entre la historia y el mito. El Centauro del Norte, como también se le conoce, está inextricablemente asociado a la insurrección mexicana. Con la intención de ofrecer una visión épica de aquella revolución que comenzó en 1910, el escritor Paco Ignacio Taibo II y el dibujante Héctor de la Garza Batorzki, 'Eko', han unido esfuerzos para ilustrar uno de los episodios más relevantes de aquella sublevación. En la novela gráfica 'Pancho Villa y la toma de Zacatecas' (Sexto Piso), se narra la batalla en que los revolucionarios vencieron a las tropas que luchaban al lado del dictador Victoriano Huertas. Taibo II aduce que en junio de 1914 las huestes villistas «rompieron el espinazo» a las fuerzas federales e infligieron una derrota al poder instituido de la que no se recuperó jamás. Taibo se deshace en elogios ante los grabados de Eko, quien ha hecho un «trabajo magistral».
Los dibujos del diseñador beben del expresionismo alemán de Otto Dix, de la estética de los socialistas estadounidenses de la segunda década del siglo pasado y los artistas del Taller de la Gráfica Popular mexicana, que se decantaban por la monumentalidad. Eko apuesta por el blanco y negro para ilustrar aquel hito de la revolución, y lo hace con un lenguaje radical acorde con la dureza de las rebeliones. Por añadidura, el negro es el color de los desastres de la guerra de Goya, con sus víctimas despedazadas y portadoras de horribles mutilaciones. «Si estamos hablando de injusticias, de gente sin posibilidades de salir de un sistema de explotación cruel que se decidieron por una lucha armada, no voy a ponerme a idealizarlo con colores como si fuera un cuento de hadas», dice el artista, cuya obra se ha publicado Estados Unidos, Francia, Alemania y México.
En el empeño de contar la toma de Zacatecas, una contienda en la que se desplegaron unos 37.000 combatientes y murieron 7.000 hombres, el escritor no ofreció un guión cerrado, sino que propuso textos a partir de los cuales fueron surgiendo los dibujos de Eko.
Los 60 trenes que aparejaron los amotinados para conquistar la plaza despedían un intenso humo negro. Todo un turbión que ascendía en medio del llano. Los revolucionarios no disponían de carbón y tuvieron que recurrir a leña verde para alimentar las calderas de las locomotoras, que arrojaban una oscura e imponente humareda. Esa imagen fue la espoleta que disparó la imaginación de Eko y que contribuyó decisivamente al desarrollo del cómic.
Sobre Pancho Villa se han difundido muchas leyendas y medias verdades. Unos lo pintan como un borracho contumaz (Taibo sostiene que era abstemio), otros como un vulgar cuatrero, y hay quien le atribuye incluso haber pactado con el diablo cuando era joven. Según el escritor, autor de una voluminosa biografía sobre el personaje, solo los desinformados sostienen que Villa era un mero ladrón. «Es un hombre que sale del bajo fondo y en el que se resumen los agravios que sufre la sociedad campesina del norte: hermanas violadas, patrones que matan el ganado de los pobres, abusos permanentes.». Es cierto que en el general anidaba la venganza contra los autores de todos aquellos atropellos y horrores, pero la revolución le redimió, dio sentido a su vida y le hizo abanderar las reivindicaciones de los parias de su país.
Fundador de escuelas
Lo que no era este tipo desmesurado y arbitrario, que comandó la División del Norte en la toma de Zacatecas, era un alma cándida. No le temblaba el puso al expropiar el ganado, nacionalizar haciendas y ejecutar capataces. «Tenía una extraordinaria sensibilidad hacia el pueblo. Como gobernador militar de Chihahua, fundó en 30 días de gobierno 50 escuelas, muchas más de las que había en la región», arguye Taibo.
Al cabo de un siglo, ¿se pueden extraer lecciones de aquellos hechos? En opinión de Héctor de la Garza, sí. «Hoy tenemos más paciencia que antes, creo que en el pasado la gente era más valiente. Hoy tenemos verdaderos criminales en los bancos, en las finanzas, son el terrorismo del siglo XXI: derriban gobiernos, acaban con países enteros, violan la democracia y nos piden aguantar por el dogma del capitalismo. Por menos en Zacatecas volaron en pedazos el Palacio de Gobierno y fusilaron a los banqueros», asevera Héctor de la Garza.
Zacatecas era una encrucijada ferroviaria, un enclave minero y una ciudad sumida en una cañada rodeada de cerros. «El acceso a Zacatecas no fue nada fácil y estratégicamente fue quizá la batalla más complicada que Villa realizó en su vida», aclara el guionista del cómic.