Agentes de policía vigilan la estación de La Défense, donde el sábado se produjo el ataque al militar Cédric Cordier. :: EFE
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El soldado herido en París salvó la vida de milagro

PARÍS. Actualizado: Guardar
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El soldado francés herido con arma blanca por un desconocido que se dio a la fuga el sábado en París salvó la vida de milagro ya que el pinchazo le rozó la arteria carótida. El ministro del Interior, Manuel Valls, apuntó ayer la hipótesis de un acto terrorista aunque apeló a la cautela ante las comparaciones con el asesinato a machetazos de un militar británico el pasado miércoles en Londres. «No digo más por el momento pues la investigación acaba de empezar», se limitó a comentar.

«Tuvo suerte de verdad ya que por dos centímetros no le dio en la carótida», declaró ayer a la emisora radiofónica RTL Amélie, de 22 años, compañera de Cédric Cordier, un año mayor, el militar herido y padre de su hijo. «Podía haber muerto», añadió antes de precisar que el corte en el cuello, a la altura de la nuca, fue producido por un cúter a juicio de los médicos. El soldado convalece en el hospital militar Percy de Clamart (afueras de París), donde ha recibido la visita de autoridades y de sus superiores. Según su compañera, pasó mala noche ya que está traumatizado. «A las cuatro de la mañana un enfermero entró en la habitación y se incorporó sobresaltado pues creía que era el agresor que regresaba para rematar el trabajo», explicó. «Es asqueroso que quisiera cargarse a un militar. En Malí pase, pero que ocurra en París no te lo esperas», reflexionó.

Soldado de primera clase con destino en el cuarto regimiento de cazadores alpinos de Gap, Cordier era jefe de patrulla cuando fue atacado por la espalda el sábado en La Défense. A pesar de su juventud, es un militar experimentado que recientemente había intervenido en teatros de operaciones exteriores, según sus mandos, que no precisaron si se trataba de intervenciones en el extranjero contra el terrorismo de cuño islamista.

Las patrullas militares de vigilancia trabajan en triángulo, dos delante y uno detrás. Cordier, en su calidad de jefe de la unidad, era el único de los tres soldados que iba armado con un fusil de asalto Famas, arma de la dotación reglamentaria del Ejército francés.

El coronel De Courrèges, su superior jerárquico, aseguró que estaba cargada aunque una leyenda urbana pretende que las patrullas desplegadas en zonas de elevada densidad humana no llevan balas para evitar accidentes.

Otro ataque

Desplegadas desde hace años en el marco del plan antiterrorista Vigipirate, las patrullas se reanudaron ayer con normalidad. Solo en la región metropolitana de París están movilizados a diario una media de 450 militares y policías que recorren estaciones, aeropuertos, enclaves turísticos y lugares concurridos. Ahora ha transcendido que hace unas semanas otro soldado fue herido con arma blanca en parecidas circunstancias en la zona de Grenoble con la diferencia de que el agresor, un desequilibrado según las autoridades, gritó vivas a Alá y fue detenido.

Bajo la dirección de la Fiscalía Antiterrorista de París, los especialistas de la brigada criminal continúan la búsqueda del fugitivo del que se sabe que es de apariencia magrebí y lleva barba pero no está muy claro si vestía chilaba porque los testimonios son muy contradictorios. La investigación se focaliza en el análisis de las grabaciones de las cámaras de vídeo situadas en el área donde ocurrieron los hechos.