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Daños del 'Sandy'. Una casa dañada por el huracán en New Jersey. Abajo, el gobernador de este estado. :: EFE
MUNDO

Los fantasmas de un huracán

Nueva York y Nueva Jersey tratan de borrar las huellas del 'Sandy' para reabrir la costa al turismo y evitar así pérdidas millonarias

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NUEVA YORK.Actualizado:

El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, apareció el viernes en la playa de Seaside Heights con la tijera más grande que se le haya visto nunca. Le seguían las estrellas del popular 'reality show' 'Jersey Shore', que hasta el año pasado se grababa en esa zona, pero también las cámaras de los programas de televisión más populares del país y hasta una orquesta. Era hora de inaugurar el verano, pero también de enterrar los fantasmas de 'Sandy', antes de que ahuyenten a todos los turistas.

Christie no tiene pelos en la lengua. La fanfarria con la que cortó ocho kilómetros de cinta azul que pretende inscribir en el libro Guinness tiene un claro objetivo: no perder los 38.000 millones de dólares (29.400 millones de euros) que el turismo aporta a su estado. Si hace siete meses tocaba airear los daños que dejó el huracán 'Sandy' en su costa para convencer al Congreso de que aprobase ayuda federal, ahora es momento de borrar esos recuerdos de la mente de los turistas.

«Por eso estamos haciendo esto», admitió sin bochorno en el programa 'Today Show', al que convenció para que grabase desde las playas. «Y por eso hemos invertido 25 millones de dólares (19,3 millones de euros) en publicidad y marketing que se está emitiendo ahora mismo».

La semana pasada se trajo al príncipe Harry de Inglaterra, al que inevitablemente siguen las cámaras de todo el mundo. El martes le acompañará el presidente Barack Obama, al que sin querer proporcionó un espaldarazo electoral que le ayudó a ganar la reelección. Christie, un republicano que tiene sus propias aspiraciones presidenciales, se ha ganado muchos enemigos dentro del partido por alabar la ayuda que le proporcionaba Obama días antes de la votación, pero eso le dio uno de los índices de popularidad más altos del país. La imagen de que es capaz de poner a un lado los intereses partidistas por el bien de sus ciudadanos es el mejor activo que puede ofrecer un político con ambiciones.

En el 80% de la costa de New Jersey, los turistas no notarán la diferencia con el verano pasado, insiste Christie, aunque los expertos advierten del peligro que representan los escombros que flotan en el océano. Entre los atractivos que echarán de menos está la montaña rusa que 'Sandy' hundió en el mar. Su esqueleto se erguía sobre los tablones desgarrados del paseo marítimo hasta hace apenas dos semanas, cuando los propietarios del Casino Pier desmontaron la estructura. Muchos la vieron caer nostálgicos como el fin de una era, pero la mayoría respiró aliviada. Fue como retirar un cadáver, símbolo de la furia del huracán que estremecía sólo con mirarla.

Los meteorólogos han vaticinado una temporada de fenómenos atmosféricos tan virulenta o más que la anterior, con tres huracanes capaces de azotar la costa del Noreste de EE UU, que apenas empieza a sanar las heridas de la tormenta perfecta que representó 'Sandy'.

El propio Christie admitió que reconstruir el paseo marítimo y limpiar las playas fue la parte fácil. Lo difícil es reabrir los negocios, que con todo disponen de más ayudas gubernamentales que los propietarios de casas.

La mayor parte de los hogares que no estaban en primera línea de playa no tenían seguro de inundaciones, pero incluso los que lo habían suscrito se han topado con la letra pequeña. Según el Departamento de Banca y Seguros, las compañías han sido expeditas, ya que el 90% de las reclamaciones privadas se han cerrado. Sin embargo, el 23% de las 450.000 presentadas han sido denegadas. Eso afecta a 75.000 de 315.000 casas, que no recibirán compensación alguna de las pólizas que pagaban.

Ayudas polémicas

'Sandy', el huracán más grande que se haya formado nunca en el Atlántico, fue el más mortal de 2012, con un balance de 159 muertos, 117 de ellos en Estados Unidos. A diferencia de otros ciclones, donde la mayoría de las víctimas murieron por traumatismos que causaban los objetos que arrastraba el viento o por derrumbamiento, las víctimas de 'Sandy' perdieron la vida en su mayoría ahogadas, incluyendo dos en pleno Manhattan. Algo que solo lo hace comparable con 'Katrina', el huracán que devastó Nueva Orleáns en 2005.

'Sandy' dejó daños en EE UU por más de 71.000 millones de dólares (55.000 millones de euros), en comparación a los apenas cien millones de dólares (77 millones de euros) que produjo en Jamaica o Canadá. Sus vientos huracanados humedecidos en el Caribe chocaron con un frente frío del norte en una noche de luna llena que provocó la mayor marea registrada en la historia de Nueva York. Todavía muchos hogares de Manhattan siguen sin línea de teléfono, para qué hablar de zonas de Queens como Rockaway, donde aún no ha reabierto el metro. Las autoridades de transporte metropolitano esperan hacerlo la semana que viene, gracias a la partida de 2.600 millones de dólares (2.010 millones de euros) que le ha mandado el Gobierno federal.

Mientras el Congreso aprobó ayuda inmediata para estados sureños como Louisiana o Mississippi, el progresista estado de Nueva York, que muchos consideran Sodoma y Gomorra, tardó dos meses en que se aprobase una partida de 50.500 millones de dólares (39.000 millones de euros) que no alcanza para compensar todos los daños, mucho menos para obras estructurales con las que prevenir otros desastres.

El espectro de 'Sandy' persigue también a algunos de los senadores de Oklahoma que votaron en contra, ahora que está a debate la ayuda federal para reconstruir la ciudad de Moore, tras el devastador tornado del lunes. El legislador Tom Coburn ha decidido ser consecuente al afirmar que tampoco aceptará ayuda para su estado si no viene acompañada de recortes equivalentes en otras áreas del presupuesto federal.