Pintando la cara a la crisis

Con 25 años y un trabajo que no le da para mucho, el portuense Antonio Javier Villanueva Puerto ha cogido el spray por bandera y se ha lanzado en busca de una salida en este oscuro túnel en el que se ha convertido la tan manida crisis.

Este joven grafitero, repartidor de pizzas, trabaja desde algún tiempo por hacer de su afición su sustento económico. «Pinto grafitis desde pequeño, pero ahora pretendo darle otro uso, más legal puede decirse, con el objetivo de buscarme la vida», dice.

Precisamente eso es lo que está haciendo cuando surge este reportaje: utiliza su habilidad con el spray para decorar la fachada de una clínica veterinaria. No se hará rico con el encargo, pero «es más de lo que saco con mi trabajo». En algún caso llega incluso a doblar lo que ingresa repartiendo pizzas.

En la actualidad, intenta abrirse camino decorando comercios, guarderías o dormitorios de bebés. Sin embargo, no deja de lado el placer que le aporta pintar en un muro. Esto lo sigue haciendo, pero lejos de esa aureola de clandestinidad que persigue a muchos grafiteros. Antonio Javier deja constancia de su arte «en uno de los primeros muros legales» de la ciudad, situado en la carretera que conduce a Vistahermosa. En la actualidad hay otro muro legal en el pinar localizado en la carretera que da acceso a la playa de La Puntilla.

El 'artista rebelde' que lleva dentro aflora cuando en un arrebato rompe una lanza por algunos grafitis «ilegales», porque «si no molestan ni se hacen en edificios que son parte del patrimonio, sino en carreteras abandonadas, por ejemplo, no tiene que ser visto como algo sucio».

Entre sus retos de futuro se encuentra el de poder vivir del grafiti y poder crear su propia empresa. «Me encantaría tener mi propia nave, con muestras de mis pinturas», afirma, «pero no puedo por ahora». De momento, puede localizarse en Facebook (Graff Art Puerto) o a través del correo electrónico puerto.graff.art@hotmail.com.