Zapatero: «No se me oirá una crítica a Rajoy ni nada que perjudique a España»
El Gobierno esgrime la ley de emprendedores como prueba de que Aznar se equivoca al acusarle de «lánguida resignación»
MADRID. Actualizado: GuardarSiempre dijo que se iría sin hacer excesivo ruido y muchos pensaron que sus buenas intenciones durarían un asalto, pero hasta ahora José Luis Rodríguez Zapatero ha cumplido la promesa de no dar disgustos a sus sucesores. Y, según aseguró ayer, así piensa seguir. El expresidente del Gobierno eludió recriminar a José María Aznar su juicio público y negativo de la gestión de Mariano Rajoy, pero dejó claro que él no entiende así el papel institucional de un exjefe del Ejecutivo. «Cada uno tiene su posición; la mía -insistió- es mantener el máximo silencio posible».
La de ayer fue una de las pocas ocasiones en las que el también exsecretario general del PSOE se ha puesto delante de un micrófono desde que abandonó la Moncloa. Lo hizo con el veterano Luis de Olmo, como deferencia personal, en RNE. Y aunque su tono fue similar al de ocasiones previas, fue más explícito. «No se me escuchará una crítica a Rajoy; cualquier cosa que pueda decir aquí o fuera de aquí que de una u otra manera perjudique a España no saldrá de mi boca», llegó a asegurar.
Los colaboradores de Zapatero solían contar que su determinación surgió tras una entrevista con el entonces expresidente estadounidense Bill Clinton. A pesar de la enorme distancia ideológica que lo separaba de George W. Bush, el político demócrata se refirió a él en todo momento con sumo respeto, como si tuviera claro que por motivo de su cargo representaba al conjunto de los Estados Unidos y por lo tanto hablar mal de él sería tanto como lanzar una ofensa hacia su propio país. «Eso -decían- es lo que él quiere para España».
Tampoco ha querido interferir abiertamente en lo que ocurre en su partido; aunque habla habitualmente con sus dirigentes, según muchos socialistas, actúa entre bambalinas, y, conforme a distintos testimonios, es una de las personas que más ha intentado convencer al secretario general del grupo parlamentario, Eduardo Madina, para que dé el salto y se presente a las elecciones primarias del PSOE.
Afecto por Rubalcaba
En público, sin embargo, su actitud es exquisita. A pesar de que evitó respaldar a Alfredo Pérez Rubalcaba de cara al futuro, le dedicó buenas palabras y ensalzó su «capacidad» política. «Le tengo afecto; le deseo lo mejor», dijo. Es más, vino a decir que no es justo ser duro ni con su actuación ni con la de Rajoy. «Yo, como he estado ahí, digo 'no es fácil subir ahí y trasladar confianza y tranquilidad' -alegó-; pero el PSOE ha hecho lo mejor que puede hacer: ofrecer un acuerdo para crear empleo».
Así evitó que el secretario general del PSOE tenga que someterse al mismo interrogatorio vivido este viernes por la vicepresidenta del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Soraya Sáenz de Santamaría hizo esfuerzos por evitar un choque directo con el expresidente Aznar e insistió en que respeta su opinión, pero replicó a la afirmación de que solo se ofrece a los españoles una «lánguida resignación» con el conjunto de medidas de la ley de emprendedores, en la que se incluyen deducciones fiscales. «La mejor manera de responder no es con palabras -adujo- sino con hechos».