Robben es el káiser
El holandés acabó con su gafe en las finales y dio al Bayern su quinta Copa de Europa a dos minutos de la prórroga
Actualizado:Robben ya no pasará a la historia por perder finales y errar goles cantados como aquel que encumbró a Iker Casillas en el Soccer City de Johannesburgo. Faltaban apenas dos minutos para la prórroga y Weidenfeller se había convertido en un muro infranqueable para los bávaros. Pero esta vez el extremo holandés no falló. Ribery bajó con maestría un pelotazo de Boateng y Arjen la cruzó con sutileza para dar al Bayern su quinta Copa de Europa, desempatar en el palmarés con el Ajax e igualar a títulos con el Liverpool. Justicia poética para un jugador con fama de perdedor y un club que había caído en dos finales recientes y sufría una especie de gafe con la 'orejona'. Solo el Milan, con siete galardones, y el Real Madrid, con nueve, le superan en el historial. Enorme final, condos porteros inmensos. Javi Martínez dejó Bilbao, fue muy criticado pero ya ha levantado la Bundesliga, la 'Champions' y probablemente la Copa de Alemania. Y se puso el pañuelo de San Fermín.
Mucho ojo con esas finales en las que un equipo es tan favorito como el Bayern. Suele ocurrir que el gran candidato comparece mermado por esa obligación a ganar que nubla la mente y agarrota los músculos. Y la víctima sale dispuesta a dirimir la batalla de su vida. Menos tensión, más ánimo, orgullo por doquier y enorme ilusión. Nada que perder y mucho que ganar, como reza el tópico. Durante la primera media hora, solo hubo un equipo en Wembley. El Dortmund, dirigido a la perfección por Jürgen Klopp, joven, astuto, simpático y con ese puntito de chulería que gusta a su afición, minimizó al poderoso en el arranque. Le tendió emboscadas, les robó la cartera y salió con esa rapidez que ya sufrió el Real Madrid. Pero no se adelantó y empezó a perderlo todo.
Se mantuvo en pie el bloque de Heynckes por Neuer, ese portero que no goza de una gran crítica porque dicen que suele cantar con frecuencia y no domina el juego aéreo. Sobre todo, sacó un pie al más puro estilo de balonmano para desviar un disparo del polaco 'Kuba'. Lewandowski, un martirio para los de 'Mou' pero diluído en la final, erró en el último pase o en el remate. Le ganó la partida Neuer, que también desvió un disparo magnífico de Reus. No estaba Götze, fuera de la final por una misteriosa lesión muscular que los malpensados daban por segura tras conocerse su fichaje por el Bayern, pero Gündogan era omnipresente. La facilidad del Dortmund para fabricar figuras es inusitada. Creció Sahin en su granja, engordó, lo fichó el Madrid a golpe de talonario y nació el centrocampista de origen turco. Es lo que tienen esos equipos de clase media alta que no pueden competir en talonario.
El sueño de Javi Martínez
Más allá de Neuer y del buen trabajo defensivo del patilargo Javi Martínez, no ha había noticias de los muniqueses en Wembley en ese inicio. Pero sus incondicionales se aferraban al poderío de sus jugadores, a su descomunal pegada que noqueó al Barça y al perdón de los renanos en las primeras ocasiones. No necesitan los 'rojos' engarzar mucho fútbol para generar peligro. Bien lo sabe Weindenfeller. Desvió lo justo para que un cabezazo de Mandzukic se marchase tras rozar el larguero. Y abortó dos internadas de Robben, una al desviar con el rostro. De nuevo, el Dortmund dejaba la sensación de que ataca mejor que defiende.
El Bayern salió mejor de los vestuarios y encontró premio. Ribery se inventó un pase magistral entre tres jugadores a Robben, que le dio el pase de la muerte al croata Mandzukic. Tuvo fortuna porque el portero tocó lo justo para que no pudiera despejar el defensa. La final se decantaba hacia_Bavietra. Pero el brasileño Dante no supo medir y cometió un penalti absurdo. Rizzoli , condescendiente, le perdonó la segunda amarilla. Gündogan no falló. El duelo estaba roto. Ideal para Müller, un enganche sobresaliente. Le regaló un gol a Robben pero salvó Subotic, más rápido y contundente. Pasaban los minutos. Todos miraban a la prórroga hasta que Robben se desquitó. Y lloró. La 'Oktoberfest' se adelanta en Múnich. Heynckes se despide con grandeza, con su segunda 'Champions', y Guardiola asume un relevo difícil. Magnífica respuesta del Dortmund tras la derrota. Ni un aficionado se movía. Máxima deportividad. Nostalgia.