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El Ayuntamiento ofrecerá «una salida» al expropietario de La Calita

El regidor portuense asegura que Pedro García ha sido utilizado «políticamente» y que ha estado "mal informado"

C. A. CABRERA
EL PUERTO.Actualizado:

El alcalde de la localidad, Enrique Moresco, recibió ayer al expropietario del chiringuito La Calita, Pedro García, a quien ha ofrecido «una salida municipal» tras el desalojo ejecutado por parte de Marina del Puerto.

El primer edil le ha trasladado la opción de optar a un establecimiento en suelo municipal, para lo que tendría que concurrir a «un concurso público, ya que no podemos otorgarle nada a dedo, pues sería ilegal». Hay locales en el paseo de La Puntilla que son de titularidad municipal y que están relativamente próximos a la ubicación del anterior negocio de García.

Moresco recuerda que la situación a la que se ha visto abocado el expropietario de La Calita responde a que «se ha aplicado la ley». Así, subraya que en un contacto mantenido con el máximo responsable de la Autoridad Portuaria, el socialista José Luis Blanco, «nos dijo que no se podía hacer nada» por evitar el desalojo.

El regidor portuense achaca las contradicciones en las informaciones procedentes de las partes implicadas en este asunto a que Pedro García «ha estado mal informado» y lo «han intentado utilizar políticamente». Asimismo, recuerda que el pleno municipal aprobó una propuesta en la que se pedía a Autoridad Portuaria y Marina del Puerto alternativas para desbloquear el asunto, sin que la acción haya tenido éxito.

Marina del Puerto expone que el chiringuito está emplazado y construido «de forma irregular» dentro de la concesión que tiene la sociedad en las instalaciones de Puerto Sherry, y que el desalojo, ejecutado por «orden de la Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz (APBC) y finalización de contrato», se ha llevado a cabo una vez que han denegado todos los recursos interpuestos por el empresario.

El mismo día del desalojo, las más de 200 personas que arroparon a Pedro García protagonizaron una marcha de protesta por las instalaciones de Puerto Sherry. Desde entonces, el ex propietario del chiringuito acampa junto a familiares a las puertas de un negocio que ha regentado durante más de 20 años con el objetivo de que se le ofrezca «una solución».