Helga de Alvear, la 'Mamá Grande' del arte
"Hay que hacer limpia en las colecciones alguna vez" dice la excepcional coleccionista
MADRID Actualizado: GuardarEntre el óleo de Fernando Zóbel que compró en 1967 y la escoba de Julian Schnabel que adquirió hace dos días se articula la mejor colección de arte contemporáneo en manos privadas en España. Es la de Helga de Alvear (Alemania, 1936) la 'Mamá Grande' del arte actual, que lleva más de medio siglo demostrando un infalible tino en su intachable y entusiasta andadura como galerista y coleccionista. Atesora una excepcional colección, entre las mejores de Europa, de casi tres mil piezas "hecha con más voluntad que dinero y en la que de vez en cuando hay que hacer limpia, como en las casas". Expurgada de sus nimios errores, exhibe una selección en el complejo cultural del ayuntamiento madrileño en Cibeles. Son lo mejor de la impagable colección que encontró acomodo permanente al amparo de la Junta Extremadura, en la sede de su fundación en Cáceres.
'El arte del presente' reúne un centenar de piezas firmadas por 76 destacados creadores de la escena internacional, de Ai Wei-Wei, a Juan Muñoz, pasando por Louise Bourgeois, Vik Muniz o Thomas Struth. Se despliega en casi 1.600 metros cuadrados en los que cabe cualquier formato o soporte: fotografía, vídeo, instalación, pintura, dibujo o escultura. "No colecciono géneros, colecciono a los mejore artistas en sus mejores piezas, con independencia del género o el soporte en los que se expresen" asegura risueña esta gran dama del coleccionismo.
Una galerista en activo, con ojo de águila a para el talento, que no ha dejado de acertar en sus adquisiciones desde que se iniciara en los setenta al lado de Juana Mordó, gran pionera del galerismo ibérico. Y si yerra le pone remedio. "De vez en cuando, como en las casas y los armarios, hay que hacer una limpia, como me hicieron comprender no hace mucho en Basilea" explica. Coleccionar es para ella "un vicio" en el que reincide "sin dejar de aprender" desde mediados de los sesenta, cuando se inició la historia de amor con el arte de su tiempo de esta española de origen alemán ha mantenido viva.
"Todo lo que es expresión de arte es arte, y lo importante es que sea bueno, sea fotografía, pintura, papel o instalación" insiste la galerista, que se deshace en elogios hacia Extremadura y su ex presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Ha donado su colección al futuro Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear situado en Cáceres. "Allí estará para siempre" se ufana orgullosa de poner fin a una andadura "que "no fue un camino de rosas. Ofreció su colección por aquí y por allá, "con la única exclusión de Madrid, que ya tiene el Reina Sofía", al que afeó que rechazara en su día la colección que Giuseppe Panza di Biumo y su mujer ofrecieron al museo.
"Es una colección ejemplar, un espejo de cómo hay que elegir, y no la quisieron", se duele Alvear que seguirá coleccionado hasta sus últimos días y no dejará el oficio de galerista, por más que las circunstancias sean adversas "No voy a dejarlo. Me divierte muchísimo, aunque a veces sea yo quien tenga que ayudar comprando a mis propios artistas", dice esta pionera de Arco junto a Juana de Aizpuru. También será fiel una feria acosada por la crisis. En la última edición solo vendió una pieza de Isaac Julien, "con el IVA del 21%, cuando en la galería de enfrente podías comprar al mismo artista con un IVA del 7% en una galería de fuera". "Pero seguiré yendo a Arco, una feria muy importante que hemos hecho entre todos", promete lanzado una 'pedrada' a la ferias satélite que cata parasitan Arco "y que son una tontería".
Ecléctico
María Corral, ex directora del Reina Sofía y de grandes colecciones institucionales, es la responsable de la selección como comisaria de una expo ambiciosa y compleja, tanto por su dimensión como por la dificultad para elegir un centenar de joyas entre las casi 3.000 de la colección de Helga de Alvear.
Corral poner el acento en los creadores peor representados o inexistentes en los museos y galerías de la capital, de modo que el grueso de del piezas es de los últimos doce años y el resto de los noventa. En consonancia con el espíritu ecléctico de Alvear plantea un recorrido temas y lenguajes diversos. Mezcla Corral pintura, fotografía, escultura, vídeos o arquitecturas "estableciendo diálogos entre distintos universos y elementos de una colección fantástica". Su objetivo ha sido mostrar "cómo colecciona Helga de Alvear y cómo se compromete con los creadores".
En pintura ha optado por creadores como Juan Uslé, Felicidad Moreno, Mitsuo Miura, Heimo Zoberning, Pedro Cabrita Reis o Franz West. A caballo entre la pintura y la fotografía cabalga el brasileño Vik Muniz, presente con una de sus piezas más conocidas "que es una gran fotografía que habla de pintura", según la comisaria. En la fotografía brillan las propuestas del islandés Olafur Eliasson, o la biografía en imágenes estáticas y móviles de Ai Wei-Wei. En la escultura contrasta la delicadez de una familia durmiente, de trapo y diminutas dimensiones de Louise Bourgeois, con las inquietantes figuras sin pies de Juan Muñoz que se ríen de sí mismas ante un espejo.
La pieza de mayor tamaño es una instalación Jason Rhoades, un estructura de aluminio con neones mobiliario y enseres domésticos, seguida de otra en la que Isaac Julien habla, según Maria Corral, "de discriminaciones de género y raza". También destaca por su tamaño el árbol del olor de Ernesto Neto o las grandes fotografías de Jane & Louise Wilson. La nómina de artistas se completa con Helena Almeida, Francis Alys, Andreas Gursky, Pipilotti Rist, Thomas Ruff, Thomas Schütte o un Santiago Sierra "al que he vendido muy bien en Alamania, donde están como locos con él".