Frenazo a uno de los proyectos estrella del CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tampoco se libra de la crisis. Incluso sus proyectos con más futuro, están parados en el 'garaje'. Un medicamento para mejorar la calidad de vida de los enfermos con alzhéimer se ha quedado sin dinero para poner en marcha la fase 3 del ensayo clínico en humanos. Antes, en ratones, aumentó la capacidad de aprendizaje.

Ana Martínez, investigadora del CSIC en el Instituto de Química Médica, no entiende cómo este fármaco que frena la muerte neuronal y disminuye la inflamación cerebral en roedores no tiene dinero para completar el experimento, para sorpresa de las asociaciones con familiares con alzhéimer de Ceafa. «Estamos parados», dice la investigadora, cuya investigación ha superado las fases 1 y 2, donde se han visto «signos de eficacia» en 350 pacientes. Un caso que se suma al terrible cuadro del CSIC, que ha perdido unos 500 millones de euros desde 2009 y ha tenido que tirar de sus escasos ingresos para mantener la red de 120 centros y más de 13.000 trabajadores.

El presidente de la institución, Emilio Lora-Tamayo, quiere ahorrar 50 millones anuales, con un plan drástico aceptado por los trabajadores. Ninguna contratación de nuevos becarios, revisión de los profesionales que quieran volver al CSIC y, si lo hacen, tendrá que ser con un patrocinador que aporte dinero; alquiler de espacios, bajar los gastos corrientes o adelgazamiento de las líneas de investigación para quedarse con las primordiales son algunas de las medidas.