El San Fernando no obra el milagro

No pudo ser. Después de casi la mitad de la Liga metido entre los cuatro primeros clasificados, el San Fernando vino a morir en la orilla. Pesó demasiado la derrota de la semana pasada en Bahía Sur ante el Melilla y el ‘pelotazo’ que buscaban en la Nueva Victoria de Jaén era demasiado. Lo buscaron dar, pero no pudo ser. De todas formas, el Albacete hizo sus deberes venciendo al Sevilla Atlético y el palo podría haber sido más gordo si cabe. Al final, los de Masegosa abandonaron el estadio jienense con la cabeza muy alta, con el deber más que cumplido, pero con una pena más grande que el autobús que les devolvió en la noche de ayer a La Isla.

Su última derrota en la temporada fue, además, injusta. La pérdida de los últimos seis puntos le lleva a acabar la Liga en la séptima posición, muy lejos de donde por méritos propios ha podido acabar. Pero ya no hay vuelta atrás.

El campeonato del grupo IV se quedó en Jaén, donde la efectividad bien vale un liderato que facilitará la tarea de los de Manolo Herrero para ascender a la categoría de plata. Porque los de Masegosa volvieron a pecar de falta de puntería y dejaron escapar un partido que fue a parar a manos del Jaén, que al filo del descanso se iba con los tres puntos en el bolsillo después de un gol de Óscar Quesada, que a la salida de un córner y libre de marca fusiló la portería isleña. Poco antes la tuvo Álvaro García, que se plantó solo ante Toni lo intentó batir con una vaselina que salió a escasos milímetros del palo.

A la reanudación, el Jaén puso en práctica lo que tan bien sabe hacer. Es decir, se hizo dueño y señor de la posesión del balón y fue arañando minutos al reloj para impotencia del San Fernando, que veía como paulatinamente se iba el sueño del ‘play off’. Para colmo, los goles del Albacete llegaban como un jarro de agua fría al banquillo isleño y, poco a poco, los de Masegosa fueron sacando la bandera blanca para delirio de una grada jienense que iba frotándose las manos con la posibilidad del liderato.

Pese a todo, a un cuarto de hora del final, los isleños se fueron a lo loco al ataque para, cuanto menos, sacar un empate a base de orgullo. La volvió a tener Álvaro García al recibir un pase de Carlitos, pero otra vez el utrerano estaría desacertado. Y si hace dos semanas el larguero se alió con el Jaén en su partido con el Cádiz, ayer –también en el descuento– el larguero volvió a escupir un libre directo ejecutado por Cristian Terán para delirio de la Nueva Victoria que festejó el campeonato. Al San Fernando, al menos, le queda la Copa.