El Barça cumple el trámite camino de los 100 puntos
Aprovechó dos regalos de un Valladolid que, salvo en defensa, no opuso resistencia, pero la victoria azulgrana se quedó corta
BARCELONAActualizado:El Barça cumplió su trámite ante el Valladolid en su camino hacia el récord de la Liga de los 100 puntos. Deberá ganar al Espanyol en Cornellà y al Málaga en el Camp Nou para igualar la plusmarca de la que presume José Mourinho pero, en su antepenúltima cita liguera, deslucida por un diluvio y con la peor entrada de la temporada en el estadio azulgrana, no necesitó al lesionado Messi para continuar con su racha, porque el Valladolid, salvo en defensa, no opuso resistencia y, por si fuera poco, hizo dos regalos para que el Barcelona dejase prácticamente sentenciada la victoria en la primera parte.
Tito Vilanova no reservó nada para la noche de la celebración del título y, con sus mejores futbolistas disponibles, el Barça superó al Valladolid sin apenas esfuerzo. El equipo pucelano, con la permanencia asegurada, arrancó bien, con la intención de dejar tan buena imagen como la que ofreció en el Bernabéu, donde marcó tres goles aunque se llevó cuatro, pero muy pronto se desinfló y bajó los brazos. El Valladolid acusó el golpe de los dos tantos fabricados por sus centrales y el Barça, como dueño absoluto del balón, se dedicó a tocar y a tener paciencia para intentar generar ocasiones, aunque no creó demasiadas. El resultado del descanso, con gol en propia puerta incluido, pudo ser excesivo, pero con todo de lo que dispone el Barça en ataque y las facilidades dadas por la defensa visitante, se impuso la lógica sin apenas sobresaltos y, al término de los 90 minutos, se quedó corto, porque los azulgrana perdonaron.
El campo se inclinó temprano, con el Barcelona enlazando y dominando y el Valladolid cada vez más temeroso y echado atrás, porque los azulgrana presionaban muy arriba y quisieron mostrar casi desde el inicio su autoridad, aunque sin ningún ritmo ni intensidad. La noche no invitaba, pese a la posibilidad de llegar al centenar de puntos, porque el Barça era consciente de que, sin necesidad de pisar el acelerador, muy mal se le tendría que dar para no derrotar a un Valladolid complaciente y conformista que planteó poca batalla y ni siquiera pudo soñar con algún contragolpe para dar algo de emoción y chispa a un choque tan desequilibrado.
No estaba Messi, pero a Tito y los suyos les dio igual no contar con el hombre de los 46 goles, porque también tenía 'punch' arriba con Pedro, Cesc como falso delantero y Villa, probablemente en uno de sus últimos encuentros como azulgrana. Por si acaso, también contaba con un Iniesta desequilibrante al que solo le faltó encontrar portería para sellar su brillante partido. No deslumbró el Barça, pero tuvo pinceladas de buen juego con el centrocampista manchego -despedido con una sonora ovación-, aunque el equipo se recreó demasiado cuando pisó el área contraria y se echó en falta más profundidad. A falta de alegría en el inicio, el Camp Nou comenzó a corear al cuarto de hora el esperado «¡Campeones! ¡Campeones!», pero no pasaron ni cinco minutos cuando Xavi cortó un mal pase de Rueda y Pedro encontró vía libre para abrir el marcador, con la colaboración de Jaime, que se tragó el remate cruzado del canario.
Lo más difícil, abrir la lata pucelana, ya estaba hecho. El Barcelona ya había mermado la moral del equipo de Djukic y al Valladolid parece que le entró miedo de encajar una goleada de escándalo, tan separado del área de Valdés, que apenas tuvo trabajo en su partido 500, que también, salvo sorpresa, será el antepenúltimo con su equipo de siempre. Debió intervenir poco el portero catalán, porque la actitud del Valladolid fue netamente defensiva y el Barcelona hizo del balón posesión absoluta, en un centro del campo dominado por su mejor tripleta y ante la que nada tenían que hacer Álvaro Rubio y Víctor Pérez. Incluso fue titular Busquets, cuando se esperaba que fuese Song el que formase parte del once. Por supuesto, con todo decidido, el 'pulpo de Badia' dejó su puesto a Thiago en la segunda parte, cuando la afición azulgrana se lanzó de nuevo a gritar la proclama de los conquistadores de la Liga y a hacer la ola.
Aunque el Barcelona imprimió entonces una velocidad más en ese segundo tiempo, seguía faltando pasión y espectáculo en el terreno de juego. Y, por supuesto, goles. Todo era excesivamente previsible y, mientras el Valladolid iba aguantando y sobreviviendo a la elaboración azulgrana, imponente para muchos y cansina para otros, el público intentaba disfrutar en la grada. El Valladolid se hartó de ver a los azulgrana pasarse el balón, sin apenas opciones de robar un balón y salir con fe al ataque. Además, atrás también estaba Mascherano, y las posibilidades eran todavía menores, porque el argentino regresó para formar pareja con Piqué y ello siempre supone un plus para este Barcelona que ha sido tan poco fiable en defensa esta temporada, con Puyol y sin él.
Hasta el claro penalti del final de Montoya a Manucho, no sufrió atrás el Barcelona porque el Valladolid casi no existió de medio campo hacia adelante, mientras que en ataque lo que hicieron los azulgrana fue desaprovechar de mala manera sus ocasiones cuando fueron también contadas, pero muy claras en la segunda mitad. Como la que tuvo Pedro casi a puerta vacía, cuando el Valladolid ya llevaba mucho tiempo deseando que aquello acabase cuanto antes. Como los seguidores culés, deseosos de pasar ya a la fiesta de la celebración de una Liga que el Barça quiere cerrar a lo grande. Sin récord de goles, pero sí de puntuación, con permiso de 'periquitos' y malagueños.