El reparto se guiará por criterios económicos y no políticos
Sáenz de Santamaría agradece al PSOE el tono constructivo en el debate del déficit y pide calma a los populares
MADRID.Actualizado:Mientras en Salamanca la secretaria general del PP recurría al argumento disciplinario ante los barones del partido, en Madrid la vicepresidenta del Gobierno echó mano de la pedagogía para explicar cómo va a ser el reparto del déficit entre las autonomías. Soraya Sáenz de Santamaría subrayó que los únicos criterios serán «económicos», una precisión dirigida a desmontar el discurso anticatalanista de varios gobernantes populares, que atribuyen la concesión de un margen más amplio a Cataluña a concesiones políticas ante la deriva soberanista.
Es una cuestión de «pura aritmética» y de que todos cumplan los objetivos que se fijen, comentó la número dos del Ejecutivo tras el Consejo de Ministros. En la Moncloa sentaron mal los comentarios de algunos gobernantes del PP de que un déficit más flexible para Cataluña iba a servir para que pagara su televisión pública, la Policía autonómica o las embajadas. El Gobierno sostiene que un techo más alto para Cataluña persigue evitar su estrangulamiento económico porque un déficit de 0,7 o de 1,2% del PIB implica ajustes de 6.000 o 4.000 millones de euros. El Ejecutivo de Artur Mas calcula que si el objetivo es de 2,1% el recorte del gasto sería más asumible.
Sáenz de Santamaría soslayó la polémica abierta entre los presidentes de su partido a propósito del déficit asimétrico que ha creado dos bandos, el de los contrarios a esa tesis, formado por los gobernantes que cumplieron los objetivos en 2012, y los partidarios, los que no los alcanzaron. «Es lógico que cada uno defienda lo que más interesa a su comunidad autónoma», fue su único comentario. Pero para eso, añadió, está el Gobierno, para propiciar el diálogo entre todos y que al final «prime el interés general».
Desde otro ángulo, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, uno de los más beligerantes con Cataluña y su déficit, defendió la disparidad de opiniones dentro del PP porque «es un partido, no una secta» y por ese motivo hay discrepancias. Unas diferencias que tras la amonestación pública del presidente del Gobierno han menguado en intensidad. La vicepresidenta también pidió un paréntesis en las críticas hasta que la Comisión Europea resuelva el 29 de mayo si relaja el techo de déficit para España del 4,5 al 6,3%.
Sáenz de Santamaría, a diferencia de otras ocasiones, dedicó las palabras elogiosas de cada semana a los socialistas, a quien agradeció su «tono constructivo» en el debate sobre las cuentas. El andaluz José Antonio Griñán ha salido en defensa de establecer techos diferenciados de déficit en función de una serie de variables, como la financiación o el endeudamiento.