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situación crítica en el país

EE UU y Turquía mantendrán la presión sobre el régimen sirio

Obama se resiste al llamamiento de Ankara para que Washington entregue armas a los rebeldes

COLPISA / AFP
WASHINGTONActualizado:

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, han prometido mantener la presión sobre el régimen de Bachar El-Asad, aunque han advertido de que no hay una salida fácil al prolongado y sangriento conflicto en Siria.

"No hay fórmulas mágicas para resolver situaciones extraordinariamente violentas y difíciles como la de Siria", ha señalado Obama en una rueda de prensa conjunta con Erdogan tras una reunión bilateral en la Casa Blanca. "Si las hubiera, creo que el primer ministro y yo ya las hubiéramos puesto en práctica y la crisis hubiera llegado a su fin", ha indicado el mandatario, quien ha hecho votos por el éxito de una conferencia sobre Siria que Washington organiza con Rusia para el mes entrante.

Obama, quien ha recibido en el Salón Oval a Erdogan, cercano aliado de Washington y actor de peso en la crisis en el vecino Siria, ha dicho que su Administración evalúa constantemente opciones ante el conflicto, más allá del actual apoyo no militar para las fuerzas rebeldes y ayuda humanitaria para los refugiados. Pero el mandatario no ha dado señales de que vaya a satisfacer los llamamientos turcos para que Washington entregue armas a los rebeldes que luchan contra el régimen de El-Asad. "Me reservo la opción de tomar medidas adicionales, tanto diplomáticas como militares", ha expresado Obama.

Estrecha alianza

Erdogan ha dicho que los objetivos turcos y estadounidenses eran similares, y ha indiado que seguirán discutiendo cómo construir un gobierno de transición y dar mayor apoyo a la oposición siria.

Obama dispensa a Erdogan, uno de los líderes extranjeros con los cuales el presidente mantiene relaciones personales muy calurosas, según miembros de su gabinete, especiales honores, tales como una recepción en el Salón Oval y una infrecuente cena de trabajo en la Casa Blanca.

Pese a esta amistad y a la alianza de Washington y Ankara en el seno de la OTAN, las relaciones entre ambos países han sido puestas a prueba por la guerra civil que azota a Siria desde hace más de dos años. El conflicto, que ha provocado más de 94.000 muertos según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH), desborda sus fronteras, en particular con Turquía, que abriga a unos 400.000 refugiados y sufrió el sábado pasado un atentado en Reyhanli, cerca del territorio sirio, en el que murieron 51 personas.

Antes del ataque, Erdogan había llamado a Washington a adoptar una línea más dura con el régimen sirio, estimando que este usa armas químicas y que la "línea roja" marcada por Obama al respecto ha sido franqueada "hace largo tiempo".

El mandatario estadounidense se resiste a entregar armas y municiones a los grupos armados de la oposición, temiendo que caigan en manos de extremistas ligados a Al-Qaida. "Todos en la comunidad internacional son muy conscientes y están preocupados sobre los elementos radicales", ha admitido un alto funcionario turco que ha pedido conservar el anonimato. "Por supuesto nosotros estamos más preocupados que los demás, siendo vecinos de Siria, pero la manera de enfrentar el problema no es retaceando el apoyo. No hacer nada no es la solución", ha añadido.

Obama ha resaltado que Washington tiene un incentivo moral y de seguridad nacional para detener la matanza, pero ha solicitado más evidencia que fundamente versiones de que las fuerzas sirias han usado armas químicas, cruzando la citada línea roja.

Turquía también parece escéptico sobre la posibilidad de que la conferencia de paz que Washington planea con Moscú -estrecho aliado de El-Asad- produzca el tipo de hoja de ruta hacia una transición política que mantenga a Siria intacto, como espera Washington. "Debemos ser... realistas y muy cuidadosos para no caer en un proceso de final abierto que ofrezca la oportunidad al régimen de ganar tiempo y continuar su campaña de violencia", ha manifestado la fuente.