La infanta aprobó todas las cuentas anuales de Aizoon desde 2004 a 2012
El Registro Mercantil confirma que Cristina de Borbón conocía los «informes de gestión» de la sociedad que sirvió para desviar dinero público
NADRID. Actualizado: GuardarO Iñaki Urdangarin mintió a la Administración de forma reiterada durante toda una década o la infanta aprobó todas y cada una de las cuentas anuales de Aizoon, la sociedad propiedad de los duques de Palma que sirvió para desviar desde Nóos 1.529.341 euros, la mayoría procedente de dinero público.
Los documentos remitidos por el Registro Mercantil de Barcelona al juez del 'caso Nóos', José Castro, revelan que Cristina de Borbón participó en todas las reuniones de la Junta General Ordinaria de Aizoon, desde su nacimiento hasta la actualidad. Según esos papeles, que están certificados con la firma de Urdangarin como «administrador» o «liquidador» de la sociedad, la hija del Rey aprobó con su voto en nueve ocasiones, de 2004 a 2012, tanto las cuentas anuales de la empresa como el «informe de gestión» de Aizoon. Ocho de las reuniones tuvieron lugar en Barcelona y la última, en junio de 2012, en Washington, donde por entonces vivía el matrimonio. En todos estos encuentros, Cristina de Borbón ofició como presidenta de la junta y su marido como secretario de la misma.
En aquellas reuniones, si es que se celebraron como atestigua el duque de Palma por escrito y con su firma, la infanta, explican fuentes del caso, debió de estudiar los balances de la empresa y de dónde salía el dinero que comenzó a engrosar las arcas de Aizoon cuando se convirtió en proveedor de Nóos, a pesar de ser una inmobiliaria. Estas mismas fuentes apuntan que también debió conocer, si es verdad que dio el visto bueno al «informe de gestión» de la sociedad, que su marido se dedicaba a cobrar a través de esa sociedad por supuestos trabajos de asesoramiento a empresas. Con esa táctica, el yerno del Rey, según ha confirmado la Agencia Tributaria, se evitó pagar tipos impositivos mayores, tributando aproximadamente un 25% en vez del 40% que correspondería.
Siempre según la información que «certificó» Urdangarin al registro, en aquellas reuniones de Aizoon, la coopropietaria de la empresa, es decir la infanta, fue informada de que la inmobiliaria comenzaba a tener importantes beneficios a pesar de no haber vendido jamás un piso. En 2003, según el acta, la cuenta de resultados fue de 151 euros. Pero para 2004, año en que Urdangarin entró como presidente en Nóos, la cosa cambió radicalmente y la sociedad obtuvo 261.356 euros de beneficios. El ejercicio récord, no obstante, fue el de 2005, en pleno auge del instituto por sus contratos con las administraciones balear y valenciana. En ese año, la empresa de los Urdangarin-Borbón se embolsó 396.347 euros. En 2006, el balance disminuyó a 3.478 euros, pero repuntó el ejercicio siguiente con 282.292 euros, en coincidencia con el trabajo del duque de asesoramiento a empresas y a cobrar por esos tareas a través de la inmobiliaria.
Los años siguientes los beneficios se redujeron. En junio de 2012, cuando Urdangarin había sido ya imputado, la sociedad declaró haber tenido el año anterior unas pérdidas de 136.705 euros.
«No se comprende»
La Audiencia Provincial, en el auto en que suspendió el interrogatorio de la infanta, expresó su extrañeza por el hecho de que la propia Agencia Tributaria y Anticorrupción cargaran exclusivamente las culpas sobre Urdangarin a la hora de acusarle de un posible delito fiscal y otro de blanqueo de capitales, cuando, como demuestra ahora el Registro Mercantil, la infanta, como era su deber de coopropietaria, participó en las juntas. Los magistrados manifestaron su sorpresa porque Hacienda, con respecto a Aizoon, «solo le atribuye la defraudación a uno de los socios pese a que las facturas fueron libradas por la sociedad».
«Si la Agencia levanta el velo de Aizoon, ¿por qué le hace la cuenta solo a uno de los socios?», llegó a preguntarse la Sección Segunda. «No se comprende que la Agencia haya prescindido de considerar la actuación cooperadora del socio no administrador (la infanta) respecto del delito contra la Hacienda pública. Ciertamente que el sujeto pasivo tributario en la sociedad es su administrador, pero al menos desde marzo de 2006 (momento de la intervención parlamentaria en la que se suscitaron las dudas sobre las irregularidades de Nóos) la infanta debería saber o conocer que para entonces Aizoon era una sociedad pantalla y que su marido la utilizaba para defraudar a Hacienda», afirmó la Audiencia.