Mercedes Salisachs se despide de ustedes
Aquejada de una grave enfermedad neurológica, la premiada autora de 'La gangrena' dice adiós a sus lectores con su narración «más emotiva» Decana de las letras españolas, pone punto final a una carrera de 70 años y 40 títulos con 'El caudal de las noches vacías'
Actualizado: GuardarEs una gran dama de las letras españolas, la autora en activo más longeva. Con 96 años, Mercedes Salisachs (Barcelona, 1916) se despide de su lectores con 'El caudal de las noches vacías' (Martínez Roca). La indoblegable narradora querría seguir en la brecha, pero está al límite de sus fuerzas. Mantiene la lucidez a pesar de que hace cuatro años se le diagnosticó ELA (Esclerosis lateral amiotrófica), implacable enfermedad degenerativa que no ha impedido a la popular y constante escritora acabar esta novela.
Pone con ella punto final a una carrera de casi siete décadas jalonada con cerca de cuarenta títulos y un puñado de premios. La autora la define como «una lección de vida» y «una historia de amor, desengaño, lucha, creencias y moral». La protagonizan un hombre y una mujer de mundos radicalmente diferentes: Guillermo, un joven sacerdote culto, de honda vocación religiosa y fuertes creencias -como la escritora-, y Lidia, divorciada a cargo de un hijo adolescente. Es para Salisachs su narración «más emotiva» y espera hacer pensar al lector. «No entiendo la literatura como mero entretenimiento», repite esta autora casi centenaria que invita a la reflexión con cada novela pero que considera aburrir al lector «un crimen de lesa literatura».
Nunca se preocupó por la crítica esta catalana de clase alta y expresión castellana, madre de cinco hijos, perito mercantil y decoradora que solo dejó de escribir durante una década para atender a su marido enfermo y que cumple su promesa de no escribir unas memorias.
«Jamás me importó ser tratada más como una señora que escribe que como una escritora. Nunca me quitó las ganas de escribir», decía al presentar 'Entre la sombra y la luz' (2007), su reflexión sobre la muerte, «lo único infalible». «Mi única vocación ha sido escribir», repite esta perseverante narradora que mientras tuvo salud tecleó sin desmayo «en una máquina de escribir que se cae de vieja, por puro placer y no para triunfar». «Dios me dio esta vocación», afirma sobre «la lacra de la escritura» que le acompaña desde la infancia. «Necesito escribir sin remedio y desde muy pequeña», afirma esta 'letraherida' auxiliada ahora por su nieta Rotita, a quien dedica la novela. Su única frustración es que ninguna de sus duras novelas se llevara al cine.
De frágil salud desde la infancia, Mercedes Salisachs Roviralta dejó el colegio para estudiar en casa. Animada por su padre, en 1932 ingresó en la Escuela de Comercio, y se graduó por libre como perito mercantil. Casada en 1935 con José María Juncadella Burés, huyó de la guerra civil a Génova. Regresó a San Sebastián y permaneció en la capital guipuzcoana hasta la toma de Barcelona por los nacionales.
En 1955 debuta en la novela con 'Primera mañana, última mañana' bajo el seudónimo de María Ecín, e insiste con 'Carretera intermedia'. El premio Ciudad de Barcelona se le otorga en 1956 por 'Una mujer llega al pueblo', censurada y no publicada hasta un año más tarde. Tachada de franquista, Salisachs criticó y ridiculizó en aquel libro al régimen que había respaldado. Desde entonces la censura miró con lupa novelas como 'Más allá de los raíles', 'Adam Helicóptero', 'Vendimia interrumpida' o 'La estación de las hojas amarillas'.
Alternando la escritura con su labor como interiorista, aficionada a la arqueología y a la mitología, es una eficiente políglota capaz de expresarse en alemán, inglés, italiano, francés, portugués y catalán. Algo mayor que Carmen Martín Gaite y Ana María Matute, publicó en los sesenta 'El declive y la cuesta' y 'La última aventura'. Finalista del Planeta en 1973 con 'Adagio confidencial', lo ganó en 1975 con 'La gangrena'. Inspirada en la trágica y temprana muerte de su hijo Miguel, fallecido con 21 años en un accidente de tráfico, es su novela más conocida -«no la mejor», según la autora- y ha conocido casi 60 ediciones.
Tras el Planeta publicó 'Viaje a Sodoma', 'El proyecto', 'La presencia' y 'Derribos'. En 1982 recupera 'La sinfonía de las moscas', dormida desde 1958 al no pasar la censura. Premio Ateneo de Sevilla en 1983 por 'El volumen de la ausencia', con la enfermedad de su esposo se retira de las letras hasta enviudar en 1993.
Retornó en 1996 con 'Bacteria mutante', la continuación de 'La gangrena'. Luego publicó 'El secreto de las flores', 'La voz del árbol', 'Los clamores del silencio', 'La conversación', 'Desde la dimensión intermedia', los cuentos 'El niño que pintaba sueños' y el ensayo 'La palabra escrita'. Ganó en 2004 el premio Fernando Lara por 'El último laberinto'. 'Goodbye, España' le dio en 2009 el premio de novela histórica Alfonso X el Sabio, que se adjudicó por su biografía de Victoria Eugenia de Battenberg, esposa de Alfonso XIII.