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Sociedad

Un 28% de los menores sufre exceso de peso

Los niños de entre 6 y 9 años son los que padecen más problemas de obesidad, según un estudio realizado por la Fundación Thao

D. V. / M. A.
MADRID.Actualizado:

La obesidad es una de las principales preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en especial por su prevalencia en los menores. Y España no es una excepción. De hecho, casi uno de cada tres niños españoles de entre tres y doce años tiene problemas de sobrepeso, circunstancia que marcará su futuro. Estos menores albergan más posibilidades de padecer obesidad de adultos, mientras que en las aulas son un blanco fácil para sufrir las burlas del resto de compañeros. Los expertos aseguran que esta circunstancia puede producir «pérdida de rendimiento escolar e incluso depresiones», además de los consabidos problemas de salud.

Según reveló ayer un estudio de la Fundación Thao, que colabora con los Ministerios de Educación y Sanidad para promover la salud entre los menores, el 28,3% de la población infantil española sufre exceso de peso (incluye obesidad o sobrepeso). El sobrepeso se produce cuando un niño tiene un peso superior al indicado para su talla, mientras que la obesidad es una patología que requiere tratamiento. Contrariamente a lo que se pensaba, la investigación, que ha analizado a más de 20.660 niños, pone de relieve que la obesidad empieza en edades cada vez más tempranas, con una prevalencia del 5,7% entre los 3 y 5 años (16,2% sufren sobrepeso). La cifra se dispara hasta el 8,7% entre los 6 y 9 años (22,6% de sobrepeso) y se reduce a un 5,3% entre los 10 y los 12 años (23,9% de sobrepeso).

«Se trata de unos niveles muy altos que nos acercan peligrosamente a los índices que hay en Estados Unidos», explica el director científico de la Fundación Thao, Rafael Casas. El investigador recordó que España forma parte de los países europeos con mayor sobrepeso infantil, mientras que en Francia, por ejemplo, la tasa no alcanza el 20%. Los datos confirman la «gravedad de la epidemia que supone la obesidad», añadió Casas, quien insistió en la importancia de promover hábitos saludables no solo en alimentación y actividad física, sino también actuando sobre factores psicológicos y sociales.

«Nos estamos dando cuenta, con los datos en la mano, de que las prevalencias de obesidad son muy altas y que queda mucho trabajo por hacer», explicó Casas. Para tratar de corregir este grave problema, la fundación sin ánimo de lucro lleva a cabo talleres para los padres de niños de 0 a 3 años que abordan aspectos como la neofobia alimentaria (miedo a la incorporación de nuevos productos a la dieta), los procesos innatos de autorregulación energética y el vínculo afectivo. El estudio ha analizado durante cuatro años la evolución de estos menores y ha detectado un freno a este problema. En concreto, la obesidad aumentó apenas un 0,1% y el sobrepeso, un 0,9%. Datos esperanzadores pero todavía prematuros.

Pese a todo, Casas mostró su satisfacción por unos resultados que muestran su eficacia al lograr un estancamiento de la obesidad. «Este era el objetivo que nos marca la Organización Mundial de la Salud: frenar la progresión de esta epidemia».