Obama sale en ayuda de Cameron
El presidente de EE UU respalda a un primer ministro británico al que euroescépticos 'tories' piden acelerar la consulta sobre la salida de la UE
LONDRES.Actualizado:El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, respaldó ayer la posición del primer ministro británico, David Cameron, que no ha logrado aplacar con su promesa de celebrar en 2017 un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea la atmósfera febril entre los conservadores más euroescépticos.
Obama afirmó en una conferencia de prensa conjunta, después de un encuentro en la Casa Blanca con Cameron en el que la agenda estaba marcada por la reunión del G8 que presidirá el primero -con la creación de una zona de libre comercio en Europa y Estados Unidos, la crisis siria y el control de la evasión fiscal como puntos importantes- que él apoya la posición adoptada por su colega sobre la UE. «El punto básico de David tiene sentido, quiere ver si puede reparar lo que está roto en una relación muy importante antes de romper», dijo el presidente estadounidense. Diplomáticos de EE UU ya habían expresado anteriormente que su interés estratégico está en la permanencia británica en la UE como garantía de influencia en una comunidad en la que hay países que tienen menos coincidencias con Washington.
El ruido euroescéptico tiene escasa trascendencia. Setenta diputados 'tories' han firmado una enmienda al programa legislativo del Gobierno de coalición, en la que proponen que se adelante el proyecto de ley de la consulta sobre la UE y así se pueda votar en el Parlamento antes de las elecciones de 2015. Es posible que el presidente de la Cámara no someta la enmienda a votación y, si lo hace, será derrotada.
Miedo al UKIP
Pero Nigel Lawson, que fue ministro de Hacienda de Margaret Thatcher y es ahora miembro de la Cámara de los Lores, publicó la pasada semana un artículo en 'The Times' afirmando que lo que pueda lograr Cameron en sus negociaciones para reformar la UE y la relación británica con Bruselas no tendrá importancia y que él, si llega a celebrarse el referéndum, con el que ni liberal-demócratas ni laboristas están con prometidos, votará en favor de la salida de Reino Unido. Dos ministros, el de Educación, Michael Gove, y el de Defensa, Philip Hammond, afirmaron el domingo que ellos votarían ahora también en favor de la retirada, a la espera de lo que logre Cameron. Apoyan al primer ministro y ponen el acento en la salida. Gove se abstendría en caso de que se vote la enmienda euroescéptica, porque, según advirtió, es un brindis al sol; los liberal-demócratas, socios de la coalición, no aceptarían la introducción de la consulta en el programa legislativo.
Mientras hierve Westminster de nuevo, sacudido por el miedo electoral conservador por el buen resultado del UKIP -partidario de salir de la UE- en unas elecciones municipales recientes con una participación del 30%, la población no parece tan agitada. Una encuesta reciente dice que, si se votase ahora sobre la permanencia en Europa, el 43% lo haría por la marcha y el 35% por quedarse. Sondeos previos dieron diferencias favorables a los primeros entre el 15% y el 20%.