La cara femenina del poder
'Las damas de la Moncloa' retrata a las mujeres de los seis presidentes, parte de la historia reciente de España
Actualizado:«Que nadie olvide que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer. A veces, incluso, más grande». Con esta premisa inicial, la escritora y otrora integrante del equipo de secretaría de los cinco primeros presidentes del Gobierno de la democracia María Ángeles López de Celis se introduce de nuevo en la Moncloa, a la que llegó con solo 21 años y que abandonó pasados los 50, para retratar a sus hasta ahora seis inquilinas. Lo hace en 'Las damas de la Moncloa', la continuación de 'Los presidentes en zapatillas', el libro con el que la funcionaria dio el salto al mundo literario y donde vieron la luz algunos de los secretos de quienes han ocupado el principal sillón de España del Rey hacia abajo. Para «cerrar el círculo», como reconoce la propia autora, faltaba contar la historia del palacio en clave femenina, donde las esposas sean las protagonistas y los mandatarios «meros artistas invitados».
Seis mujeres, consortes, que no primeras damas porque ese papel corresponde solo a doña Sofía, excepcionales, en general, poco conocidas por la opinión pública y que han vivido su momento en la Moncloa de manera muy diferente, en muchos casos opuesta. De todas ellas, a la autora le apasiona la personalidad y dignidad de la exmujer de Felipe González, Carmen Romero, «una transgresora sin estridencias, feminista pero comedida», que «luchaba por hacerse un hueco tras la estela eclipsante de su marido». La esposa de otro socialista, Sonsoles Espinosa, no llevó con tanta entereza convertirse en la mujer de un presidente; López considera que la leonesa, obsesionada con preservar férreamente su intimidad y la de sus hijas, fue la responsable de que José Luis Rodríguez Zapatero no siguiera en política. «La vida en Madrid la asfixió hasta sentirse como una sartén hirviendo», asegura la escritora en su libro.
La vida política tampoco le entusiasmaba demasiado a la esposa de Adolfo Suárez, Amparo Illana, que propensa a la depresión permanecía con frecuencia encerrada en su habitación y pasaba horas acostada. La duquesa de Suárez reflejó el arquetipo de «mujer del régimen sin inquietudes políticas» que tuvo que encarar una época convulsa: la Transición. Todo lo contrario que su sucesora, Pilar Ibañez, señora de Calvo Sotelo, una mujer «muy fuerte y participativa en su papel de consorte» que «siempre estuvo al tanto de cuando se hacía o deshacía», recuerda López.
«Ana Botella fue la única esposa de un presidente que ejerció de primera dama a la americana», dice la funcionaria, quien no oculta su antipatía por la actual alcaldesa de Madrid, que no sale muy bien parada en el libro y de quien reconoce es «muy lista», además de «prepotente y altiva».
Pese a que no ha coincidido con la actual habitante de la Moncloa, Elvira Rodríguez, conoce el testimonio de algunos excompañeros que trabajan para ella. «Es una persona absolutamente normal. Muy equilibrada y centrada en su familia y en su trabajo», asegura López de Celis, quien solo tiene un pero para la confidente de Mariano Rajoy: «Sigue siendo una gran desconocida para los españoles».