Un velatorio para perros
En España funcionan varios tanatorios para despedir a las mascotas a la manera de los humanos
MADRIDActualizado:Sin duda, lo más valioso que rompe un perro durante toda su vida es el corazón de su dueño cuando se muere. Salvo contadísimos casos, las mascotas tienen la costumbre de vivir menos que nosotros, con lo que muchas personas viven auténticos duelos cuando tienen que despedirlas. Desde hace dos años pueden darle a su animal un adiós a la altura de un familiar. Con todos los extras. Una de estas empresas que trabaja en Madrid se llama Cremascota y funciona como un crematorio y funeraria. Los dueños de las mascotas llaman y ellos recogen el cadáver en el veterinario o en el domicilio. Los propietarios tienen la opción de montar un sorprendente velatorio en una sala similar a las de los tanatorios en la que la mascota se deposita sobre una mesa para tener una despedida tranquila antes de pasar al horno.
“No hay coronas, pero las flores las ponemos nosotros”, dice la gerente Raquel Lázaro, que admite que no hay gran diferencia entre el camino que siguen los humanos y el proceso de los animales. Ella y otros tres hermanos crearon la empresa hace dos años en Alcorcón después de cerrar una tienda de alimentación en el mercado de Tirso de Molina.
Los dueños pueden elegir llevarse las cenizas o hacerse con algunas de las urnas. Las hay hasta de 300 euros. Lo que hagan después con ellas es su elección. “Algunos tiran las cenizas, otros entierran la urna y otros las guardan en casa”. En el crematorio tienen un amplio surtido de urnas y colgantes para guardar los restos de la mascota. Actualmente no es legal enterrar un perro en campo abierto, así que pese a la crisis, este tipo de pompas fúnebres para mascotas son cada vez más elegidas. “Va por rachas”, pero cada día incineran a más de cinco animales.
Por lógica, la mayor parte de los ‘finados’ que llegan a Cremascota son perros y gatos, aunque también han icinerado hamsters, hurones y hasta tortugas. Hay de todo. El precio de los servicios oscilan entre los 210 y los 280 euros, según cuál sea el tamaño del animal.