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CARTAS DE LOS LECTORES

El por qué de la ignorancia

ALFREDO HERNÁNDEZ SACRISTÁN
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George Steiner acuña, para mí, una frase lapidaria. «El hombre es perezoso, mientras que la cultura es exigente».

Vemos la ignorancia a todos los niveles. Yo también me confieso ignorante, pero me intranquiliza y no hay que quedarse estático ante nuestras carencias, que sería un ser estático punible. Y digo punible si no nos molestamos y nos acomodamos al letargo de la facilonería. Es lo que nos viene dado y no nos preocupamos en profundizar.

Steiner hace hincapié en la TV idiota, siendo mayor la idiotez el no darse cuenta de ello. La lotería. Los adivinos, el Tour, el futbol, el bingo, y cuantas cosas alimentos de embrutecidos y «acomodados» en su ignorancia. (Me he limitado a transcribir, que cada cual se examine).

Y no digamos las «consolas», con sus adictos que hasta hacen «cola» ante futuras apariciones de juegos en su afán de ser los primeros en adquirirlos; lo enseñan alborozados y felices; y no son niños ni adolescentes, muchas veces son adultos encantados con su «play», o como se diga.

En todo lo bueno y lo malo que adquirimos, influye la educación recibida y la exigencia es el primer eslabón de la educación apropiada y así dice Aristóteles que la educación nos hace a unos justos y a otros in justos. Unos serán trabajadores y otros perezosos; responsables o irresponsables, amables o violentos, constantes o inconstantes.

Adquirimos formación, tales o cuales hábitos y no tiene poca o mucha importancia. Tiene importancia absoluta.