"Supone un orgullo difícil de explicar"
El profesor de la Universidad de Salamanca Antonio López es condecorado con la Orden del Sol Naciente
MADRID Actualizado: GuardarEn 1875, el emperador Meiji (Mutsuhito) creó la primera condecoración nacional otorgada por el gobierno japonés: la Orden del Sol Naciente. Un año más tarde, instauró la Orden Suprema del Crisantemo, que actualmente es la distinción más importante del país y cuyos receptores son, generalmente, miembros de la realeza. La orden precedente, aunque segunda en importancia, es por tanto el mayor honor que un ciudadano de a pie, japonés o extranjero, puede recibir por parte del país asiático.
La Orden del Sol Naciente ensalza a aquellas personalidades que han destacado en las relaciones internacionales, que han propiciado el desarrollo del bienestar social en Japón o que han promovido la cultura japonesa. Históricamente ha sido una condecoración solo para hombres, aunque a partir de 2003 el honor recae también en las mujeres que anteriormente eran distinguidas con otra orden, la de la Preciosa Corona. Aunque algunos extranjeros obtuvieron la distinción antes de la Segunda Guerra Mundial, es a partir de 1981 cuando se honra con la orden a los no japoneses. En estos últimos treinta años, varios españoles han sido receptores de la medalla.
El gobierno nipón ya ha hecho público el listado de los últimos condecorados, entre los que se encuentra Antonio López Santos. Director del departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Salamanca, natural de Zamora y de 62 años, ha sido reconocido por su contribución al fomento de la enseñanza de la lengua y cultura japonesa. Este trabajo lo desarrolló especialmente como impulsor y director del Centro Cultural Hispano-Japonés de la Universidad de Salamanca, función que desempeñó desde su inauguración, en 1995, hasta 2007.
“Como director del centro me hice cargo de la gestión política y cultural, dirigiendo unos 20 cursos relacionados con diferentes aspectos de la vida y sociedad japonesas, desde la economía hasta la lingüística o el arte. O programando actividades que van desde el teatro hasta los arreglos florales, artes marciales, ceremonias, etcétera”, explica el profesor, quien, además, fue uno de los promotores de la Semana Cultural de Japón que se celebra todos los años en la ciudad salmantina.
Gratitud, sorpresa y pudor
Para Antonio López, esta distinción ha sido una grata sorpresa que asume con humildad: “El hecho de que su majestad el emperador me haya concedido la Orden del Sol Naciente supone un orgullo difícil de explicar y provoca una serie de sentimientos entremezclados que se podrían resumir en tres: gratitud a la generosidad mostrada por las autoridades japonesas, a las universitarias que me dieron la oportunidad de entrar en contacto con esta cultura y a los compañeros con los que he compartido todos estos años de trabajo; sorpresa, porque es algo que nunca podría haber imaginado; y pudor, porque me parece que existe una desproporción evidente entre mi trabajo y la categoría del premio recibido”.
La distinción al académico coincide con el 'Año Dual España-Japón' cuyos actos se desarrollarán a partir de este verano y concluirán en 2014. El docente condecorado habla con optimismo de esta celebración: “Como todos los acuerdos políticos, creo que puede ser importante en la profundización del conocimiento entre ambos países. Desde hace años se viene trabajando en esta relación, tanto desde el gobierno con Casa Asia, como desde la sociedad civil en la Fundación España-Japón, promovida magistralmente por Antonio Garrigues. Así como en centros universitarios, como es el caso de nuestro centro cultural a partir del mes de noviembre”.
En sus viajes al país asiático, López Santos ha podido comprobar la relación entre las culturas española y japonesa y resalta: “Es más importante destacar las características diferenciadoras que las comunes, porque ahí es donde radica la esencia de cada una de ellas. Si tuviera que citar un rasgo común, me decantaría por la profundidad de ambas. Tal vez por eso no nos extrañe el arraigo del flamenco en la sociedad japonesa”.
La orden tiene diferentes categorías dependiendo del rango de la distinción. En el caso del profesor salmantino, su condecoración lleva el sobrenombre de 'Rayos dorados con cinta colgante' y aún está por confirmar si será entregada en España o en Japón, donde la recibiría de la mano del propio emperador de Japón, Akihito.