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Militares suben al avión de vuelta a España el pasado 3 de mayo desde la base de Herat. :: JAIME GARCÍA
ESPAÑA

La gran mudanza de Afganistán

El plan logístico se ha diseñado en 18 meses y se han elegido las rutas combinadas más seguras y de menor coste España repatriará en junio las primeras 500 toneladas de material de defensa acumuladas en Herat

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«La mudanza de Afganistán es como hacer encaje de bolillos con guantes de boxeo». La frase de uno de los mandos militares responsables de repatriar el material de defensa desde el país asiático hasta España, más de 6.000 kilómetros de distancia, simboliza el mayor reto logístico al que se ha enfrentado el Ejército en tiempos de paz.

El diseño del repliegue del material militar -blindados, helicópteros, armamento, grupos electrógenos, potabilizadoras, equipos militares, comunicaciones, etc.- ha sido un rompecabezas inimaginable que desde el Estado Mayor de la Defensa se ha tardado un año y medio en planificar.

Primero, por el desafío que supone traer de vuelta a casa, en solo doce meses, lo que se ha llevado al inhóspito Afganistán en siete años; segundo, por la necesidad de buscar las rutas más seguras y menos costosas para el material considerado sensible, es decir, blindados y armamento.

Este dilema ha supuesto combinar vías aéreas y marítimas para repatriar RG-31, Lince o la gama de helicópteros. Primero en aviones de carga Antonov desde el aeropuerto de Herat hasta Emiratos Árabes Unidos -país con el que se ha negociado desde hace un año, según fuentes militares-, y desde allí en mercantes hasta el puerto de Valencia.

Esta ruta se pondrá en marcha en junio. El contingente español desplegado en Herat ha recibido el aval de la OTAN para usar de forma preferente el aeropuerto internacional entre diez y doce días del próximo mes y sacar en 19 vuelos más de 500 toneladas de material que se acumulan en dos terrenos de la base, según fuentes conocedoras de la operación. Este equipo procede de la provincia de Badghis, donde ya se ha comenzado el repliegue de las tropas.

En concreto, se trata de material que se usaba para la logística y el sostenimiento de las bases avanzadas de Ludina y Moqur, cedidas entre febrero y marzo al Ejército Nacional Afgano y a la empresa turcoamericana que construye la carretera que circunda Afganistán.

Planificación

Las más de 500 toneladas incluyen 42 blindados Lince, 12 RG-31, una grúa y contenedores con los equipos de guerra y transmisiones de los vehículos y armamento. Asimismo, se podrían repatriar cuatro RG-31 que están inutilizados por el impacto de minas caseras.

Todo este material llegó por vía terrestre en cuatro convoyes desde la base Qala-i-Nao hasta Herat, 157 kilómetros de angostas carreteras que se tarda como mínimo 13 horas, si la insurgencia y las averías mecánicas lo permiten. Y hasta noviembre, fecha prevista de la salida de Qala-i-Nao, están programadas otras ocho columnas con entre 8 y 10 contenedores cada una.

En un principio, cada blindado Lince iba a viajar en un contenedor sellado, pero para maximizar el espacio (estos vehículos pesan unas 6,5 toneladas y los recipientes de carga admiten hasta 24) se ha decidido que junto al blindado vaya más equipamiento.

Los vuelos desde Herat hasta Emiratos Árabes se harán en Antonov ucranianos, que tienen capacidad para tres contenedores o dos RG-31 de 17 toneladas. Al tratarse de material delicado llevarán unos dispositivos de seguridad y localización para conocer su ubicación exacta en cada momento, sobre todo cuando haya que sacarlos del avión, montarlos en una góndola y llevarlos diez kilómetros por carretera al puerto de Jebel Ali para cargarlos en mercantes con destino a Valencia.

La segunda ruta para repatriar el material sensible discurre en vuelo desde Herat hasta Bakú, capital de Azerbaiyán, y desde ahí por carretera al puerto de Poti (Georgia), desde donde se llega a España por vía marítima. Para esta ruta se utilizarán los aviones ucranianos IIyushin, que tiene menos capacidad de carga que los Antonov.

Como el Ejército no dispone de este tipo de aeronaves se han visto en la obligación de alquilarlas, como los mercantes o los mismos contenedores modelo TEU, que cuestan unos 1.500 euros y se han reservado 500. Para ello el Ministerio de Defensa ha acudido a una contratista con la que en 2011 firmó un acuerdo por 188 millones. Se trata de la multinacional de transportes y servicios logísticos UTI-SLI. Esta compañía se encarga además de la protección del material.