El Atlético se suma a la fiesta culé
En un ensayo de la final de Copa, los de Simeone fueron mejores hasta que Messi se fue del campo por lesión y los culés remontaron en inferioridad
MADRID Actualizado: GuardarMás allá del resultado y de esa inesperada remontada sin Messi que mantiene al Barça aún con opciones de alcanzar el récord de 100 puntos del Madrid, fue una tarde de fiesta grande en el Calderón, rebosante de colorido. Hermanamiento entre dos grupos y dos aficiones que han cumplido sus objetivos en el torneo de la regularidad, son dichosos y tienen al enemigo común en Chamartín. Las visitas del Barça siempre son un motivo de disfrute para los ‘colchoneros’, que salen a darlo todo sin miedo al fracaso. En cambio, los duelos ante el Madrid generan tensión, ansiedad y hasta odio. De ahí que se sumen 14 años de constantes decepciones.
Se sumaron los atléticos de lo más gustosos al pasillo al campeón, que a su vez les deseó suerte para la final de Copa del Rey del próximo viernes en el Bernabéu. Un homenaje de lo más sentido, igual que el abrazo con el que el ‘Cholo’ Simeone recibió a Tito Vilanova cuando salió de los vestuarios. En la grada, ovación de gala a los culés y reconocimiento mayoritario al campeón, aunque siempre hay algún radical que busca bronca política por el mero hecho de que los adversarios son catalanes. Cánticos en contra de José Mourinho y del Real Madrid. Si hay un lugar, al margen por supuesto del Camp Nou, donde los culés pueden celebrar a sus anchas un título, es en El Manzanares. No hay duda.
Salieron con sus mejores armas los dos equipos, decididos a engalanar la fiesta. Concluyó Simeone en la víspera que la mejor forma de preparar la final era jugando contra el mejor con sus futbolistas más destacados. Solo dio descanso a Filipe Luis, ya que en el lateral zurdo no hay un relevo de garantías, y a Diego Costa. Prefirió correr el riesgo de lesiones que dejar a sus figuras inactivas. Y acertó al entender que a Arda Turan, recién salido de una lesión, hay que darle minutos para que coja ritmo. Precisamente, el buen desempeño del turco fue la mejor noticia para el Atlético de cara a la final. Acusó, y de qué manera, su marcha, a casi media hora del final. Solo con 1-0 y la victoria aparentemente encarrilada, el ‘Cholo’ sentó a Falcao. Lo hizo poco antes de que Messi se marchara del campo. Notó una molestia, se lo advirtió al técnico y se fue al banquillo. Como los cambios estaban agotados, el Barça se quedó en inferioridad. Parecía entonces derrotado, ya que perdía, por obra y gracia del 28º gol del colombiano en Liga, tras una porfía de Gabi, y el Atlético vivía su mejor momento.
De pronto, empero, el duelo experimentó un giro inesperado que confirmó el gafe de Simeone contra los equipos grandes. Apenas inquietaban los visitantes, controlaban bien los locales, que tocaban el balón con desparpajo y daban incluso la sensación de poder cerrar el partido con el segundo gol. El chileno Alexis, flojo hasta entonces, utilizó un recurso para culminar una excelente combinación y engañar a todos, incluido Courtois, que tampoco termina de alcanzar su mejor nivel contra el Madrid y Barça.
El ‘Cholo’ recurrió entonces al chaval Óliver Torres como reclamo para encender todavía más a la grada. Con unos y otros más pendientes ya de próximas citas, se produjo la jugada tonta del partido y el autogol de Gabi en su intento de desviar un disparo en semifallo de Villa que se iba fuera. Curioso lo de este centrocampista. Es un buen llegador, posee un buen disparo pero resulta que su primer gol en esta Liga se lo marca en propia meta. El choque acabó con dos acciones de estrategia en las que Courtois se sumó al desesperado ataque. Definitivamente, el Atlético se sumó a la fiesta culé. Victoria inexplicable que dispara todavía más al Barça.