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Nadal da un paso más hacia lo imposible

El tenista español conquista en Madrid su quinto título después de regresar de su lesión

MADRID Actualizado: Guardar
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Cada vez que Rafael Nadal da un paso surge un interrogante en su cabeza. Según sus allegados, su rodilla es el factor que le apartó de las pistas durante meses y que todavía le martiriza. “Se mueve un poco peor, pero dentro de su nivel”, analizó su Pablo Andujar, rival reciente y compañero ocasional de entrenamientos. Por ese motivo, la nueva victoria del balear en el Másters 1.000 de Madrid va más allá de lo cuantitativo. Es el triunfo contra la lógica, una quimera sobre las probabilidades de superar una lesión que le ha apartado siete meses de las pistas y regresar con un nivel igual o superior.

Siete finales en siete torneos (tres de ellos del nivel Másters). Victorias: 31. Derrotas: 2. Siete triunfos ante ‘top-10’ del circuito. Inconcebible incluso para el dictador de la tierra batida. De hecho, solo en una ocasión antes de sus problemas de rodilla encadenó siete finales consecutivas. “Si me preguntas hace cinco meses que si estaba acabado te habría dicho que no. ¿Si tenía dudas? Seguro que sí y ¿cómo no voy a aceptar que las tengan de mí?”, reconoció antes de la final.

Ha alcanzado lo imposible. Desde el tiempo de recuperaciones, “una época más que complicada”, su carrera se ha resuelto de manera inesperada. Ha regresado de manera explosiva al circuito para vencer con la autoridad y añadir nuevas facetas a su juego. Ahora es más agresivo, se adentra en la tierra en busca de mejores ángulos, prueba más golpes paralelos y evita el intercambio de golpes para no forzar su rodilla con juegos largos. Solo así se explica sus rápidas victorias en Madrid, donde solo David Ferrer le acercó al paredón. Entonces al alicantino le tembló la mano y Nadal se revolvió para apalizarle. Ocurrió en cuartos de final, cuando cedió el único set de un torneo que finalizó contra Wawrikna con mano de hierro (6-2, 6-4) en apenas una hora y once minutos.

El suizo, quien derrotó a Ferrer en la semana previa por el cetro de Oeiras, chocó contra el balear en la final española a pesar de las carencias concedidas por Nadal: “Me faltan ‘piernas’ y revés”. Durante el primer set se observó la nueva mecánica de Nadal con su derecha -con menos efecto pero más devastadora- y la menor movilidad equilibrada con su mayor confianza. Con un público ‘nadalista’ en la final, el español buscó las fronteras de la pista mientras que el helvético respondió con el mismo sistema y nefastos resultados: sus pelotas se abrieron con frecuencia más allá del carril del dobles. Los errores concedieron una ventaja que agradeció el soberano de la arcilla para apuntarse el primer set con sencillez. Durante la segunda manga Wawrinka recuperó el juego y el estado forma que le han colocado como uno de los mejores del momento en la temporada de tierra. Pero la persistencia de Nadal acabó con él después de que el suizo salvara varias amenazas de rotura y se rindiera con una doble falta que entregó la iniciativa a Nadal (3-4 y con el servicio para el español). Mientras el saque del centroeuropeo encontró las esquinas dispuso de opciones, pero en cuanto falló su estrategia se vio abocado a la derrota.

Ha cambiado todo en un año. “Lo único que me puede no hacer estar contento es que tenemos pocas ocasiones de jugar en casa y echo en falta que no intentemos beneficiarnos a nosotros, los jugadores españoles”, declaró en 2012 el balear en Madrid. Entonces anduvo peleado con el torneo, con la altura sobre el nivel del mar y con el azul sobre el que patinaban sus pies. Un año después Nadal ha superado un nuevo examen con una rodilla que avanza hacia lo imposible y que no solo ha cambiado sus movimientos sino también una mentalidad a la que únicamente el nuevo límite de 25 segundos para el saque parece incomodar. Ahora es otro. Es capaz de celebrar con vehemencia una victoria sobre el número 113 del mundo en unas semifinales de Madrid porque cada vez que supera a un adversario supera a su rodilla.

Por ahora, el dictador de la tierra no muestra debilidades y su nueva fortaleza supone una mayor amenaza a pesar de estar en el escalón del número 5 del mundo. La victoria de Nadal supone un triunfo para su cruzada, para su confianza, para compartir triunfo por segunda vez esta campaña ante aficionados españoles y para avisar de su proximidad a lo increíble. “Las perspectivas serán grandes mientras no se sienta mal mi rodilla y no tenido problemas aquí”, reconoció Nadal tras su victoria en Madrid.

Los grandes del circuito señalan que el infortunio le ha convertido en más fuerte. Su próxima parada es Roma, un pequeño paso antes del salto que supondría otra Copa de los Mosqueteros. Sin embargo, Nadal avisa: “Si cuatro meses atrás me dices que iba a conseguir estos resultados y que me iba a ir mal en Roland Garros lo habría firmado con los ojos cerrados”.