Nadal desarma a Andújar

Siete finales en siete torneos tras su vuelta. Así se puede resumir la hazaña de Rafa Nadal. Así se sintetiza su majestuoso regreso. Lo consigue en Madrid, donde este domingo buscará su tercer título en la capital española. Es más, hace ya diez años que Nadal no pierde unas semifinales en tierra batida. De hecho, ha ganado 45 y solo ha caído en una. Esa infalibilidad queda demostrada otra vez más este sábado en el Masters 1.000 de Madrid. Ante un Pablo Andújar superado por el contexto, Nadal completa su mejor partido del torneo hasta el momento y desfigura a su rival. Otra final, a la que llega tras vencer por 6-0 y 6-4. Otro domingo que puede levantar un título. Su rival saldrá del Wawrinka-Berdych. «Estar en la final en Madrid es casi un sueño», resume el de Manacor.

El primer set es un visto y no visto. El recital del balear combina su habitual consistencia desde la línea de fondo con el dominio de su derecha. Las roturas de servicio caen una tras otra. Con su saque, tan pronto hace dos doble faltas seguidas como gana dos puntos directos. Los juegos se decantan a favor del balear sin oposición. Andújar está demasiado nervioso y falla mucho como para que inquietar a su rival. «En el primer set creo que el escenario me ha venido un poco grande», explica el 113 de la ATP al terminar el partido.

La grada, muy fría durante todo el primer set, desea ver más tenis. Por ello, en el primer buen punto de Andújar, ya en el primer juego del segundo acto, se pone en pie para aclamar al conquense. El número 113 del mundo parece espabilar. Ya no falla tanto. Es más, llega al 3-2 suyo y se coloca con 15-40. Tiene dos bolas de rotura, dos oportunidades de las que no vuelven. Una ocasión perfecta para dar un golpe de efecto que desaprovecha. Aun así, no desespera. Sigue vivo en el parcial.

A diferencia de la primera manga, donde el conquense compite atenazado, en la segunda le juega de tú a tú al manacorense. El nivel del partido aumenta considerablemente. Andújar ya se atreve a meterse en la línea de fondo y a inquietar al de Manacor. Así se llega al juego clave del partido. Con el 4-4, cuando se deciden los sets y se decantan los partidos, Nadal vuelve a ser el Nadal de siempre. Y a Ándujar vuelve a acusar sus fallos –termina con 29 errores no forzados-. «Me quedo con toda la semana, con el segundo set y las semifinales», comenta. A Nadal no le hace falta jugar bien para romper en el momento clave y hacerse con el partido. Este domingo le espera su séptima final en siete torneos.