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TEATRO

Ana Morgade: «Hay una sobredosis de teatro cotidiano»

Estrena 'Las rusas', un "delirio soviético-cañí", que narra las desventuras de Las Tres Rosas, un trío de mujeres empeñadas en dar a conocer la copla en plena Movida madrileña

I. CORTÉS / ÓSCAR CHAMORRO
MADRIDActualizado:

«He llegado en el mejor momento. Me he hecho empresaria cuando todo el mundo está cerrando negocios. Pero yo soy así, tengo esa visión comercial», cuenta entre risas Ana Morgade (Madrid, 1979). Actriz, guionista, humorista, presentadora y, ahora, productora teatral, acaba de estrenar 'Las rusas', una comedia que ella misma ha escrito y que protagoniza en el teatro Infanta Isabel de Madrid. La obra narra las aventuras y desventuras de Las Tres Rosas, un trío de mujeres «de su casa» que, junto a un pianista, intentan resucitar el gusto por la copla en plena Movida de los ochenta.

Para colmo la madrileña, fiel a su verbo audaz e incontrolado -a lo largo de la charla, Morgade anota al margen, se va por las ramas y retoma la narración con una facilidad y velocidad pasmosas-, describe el trabajo como un «delirio soviético-cañi». Lo del delirio salta a la vista. «Hay como una sobredosis de teatro cotidiano y creo que nos merecemos enloquecer un poco», resume al respecto. Lo de cañí, también: «Todos llevamos a una flamenca dentro, es algo que tenemos muy metido en el ADN, aunque a veces no lo dejemos respirar», dice quien no reniega ni del volante ni de la feria de abril ni de las sevillanas a las cinco de la mañana.

Encontrar la disculpa soviética ya requiere detenerse en uno de los personajes que componen la obra. Ese toque lo aporta Ursula, una prostituta rusa a la que Las Tres Rosas deben recurrir cuando una de las componentes del trío, la palmera, decide abandonar la formación. La idea era confrontar dos culturas que Morgade adora profundamente y, al mismo tiempo, «rendir un homenaje al que, yo creo, es el último imperio que ha caído, la Unión Soviética. Era un gran sueño que al final ha caído y al final es un poco lo que está pasando con Europa y el euro. Dicho esto no está de más recordar que de todo se ha salido». Así las cosas, la rusa convertida en tercera rosa «irá rusificando» los destinos del resto de personajes.

Contextualizar la obra en los ochenta es el broche de oro a esta épica de las «personas pequeñas», como señala su autora. Asegura Morgade que la de la Movida es una década «fantástica para situar este tipo de obras tan al límite porque entonces era difícil adivinar lo que iba a venir después». Podría correr, eso sí, un riesgo: el de quedar muy ceñida al entorno madrileño. Ella no lo ve así: «Tiene lugar en madrid, pero una que es perro viejo escribe ya con pequeños truquitos para que cambiando cuatro frases cualquiera pueda sentirse identificado. Además, lo que pasaba entonces en la capital estaba sucediendo en todas partes». Y confiesa que sería feliz girando por toda España con la obra.

Ahora bien, ¿es muy diferente interpretar un personaje escrito por uno mismo a otro de encargo? «Se vive distinto y tiene sus ventajas y desventajas», se sincera. Para Morgade, lo bueno de abrirse a papeles de otros autores es que «te obligan a salir de tus sitios comunes y a descubrir cosas que pensabas que nunca podrías hacer». Por el contrario, trabajar en una obra tan personal como 'Las rusas' «te permite ciertos lujos y 'caprichitos'. Metes bromas internas y escribes pensando en que tus compañeros se luzcan».

Todos los palos

Curtida en mil y una batallas y en mil y un medios -ha probado cine, teatro, televisión, radio, internet-, dice que la razón de tocar tantos palos es que se aburre enseguida y que por eso hace tantas cosas. «La vida solo se vive una vez y yo me niego a aburrirme, así que pruebo de todo y voy quedándome donde me dejan». Sin duda debe a la 'caja tonta' su nivel de popularidad y, de hecho, participa en la tercera temporada de 'Con el culo al aire' que Antena 3 ya esta emitiendo. Sin embargo, Morgade se llevó un pequeño varapalo hace unos meses cuando La Sexta aparcó el estreno de 'Con la que está cayendo', un espacio de humor que iba a presentar junto a Berto Romero . «Lo cierto -razona la humorista- es que es un medio muy inestable. Y más ahora que con la crisis hay menos paciencia entre los anunciantes y las cadenas. Pero precisamente por eso deberíamos tirar para otro lado. La televisión se está quedando 'huerfanita' de nuevos contenidos y creo que los productores muchas veces subestiman a la audiencia. Se repiten formatos que ya han funcionado porque piensan que la audiencia no va a entender algo distinto pero el público es listo y exigente», concluye.