Michelle Knight, una superviviente
Actualizado:Sandra Guisao y su hijo Joel Calon trataban ayer de aportar algo de calor humano al hogar al que debería regresar Michelle Knight, la primera de las jóvenes secuestradas por Ariel Castro y, si fuera posible establecer algún tipo de escala en el horror, la más maltratada por la crueldad del ahora procesado por secuestro y violación. Frente al despliegue de alegría, globos y mensajes de bienvenida que recibió el miércoles a Amanda Berry en casa de su hermana Beth y a Gina DeJesus en el domicilio paterno, la abuela de Michelle, Deborah Knigth, permanecía sumida en la tristeza.
«Nadie la buscó cuando desapareció», lamentaba Deborah Knigth al recordar cómo la edad de Michelle cuando subió al coche de Castro, 20 años, jugó desde el principio en su contra. Las autoridades, y algunos miembros de su familia, pensaron que se había ido de casa por su propia voluntad. «Encontrarnos ahora con que ha estado tirada en el suelo... es devastador. Parecería que nunca tuvo apoyo, pero lo tiene. Y ahora la queremos en casa». A diferencia de Amanda y Gina, mucho más jóvenes cuando se perdió su pista, Michelle ya era una mujer con historia. Tanto la abuela Deborah como la madre -Barbara, que estos días ha volado desde Florida para poder ver a su hija- recuerdan una juventud llena de «problemas» en forma de trastornos mentales y drogodependencia. Cuando era adolescente fue violada por dos chicos en un baño del instituto, quedó embarazada y decidió tener el hijo y criarlo con ayuda de su madre. Pero la vida se complicó y acabó perdiendo la custodia del pequeño.