MOMENTOS
Actualizado: GuardarLlegados a este punto y con todo dicho ya de esta desastrosa temporada, únicamente queda esperar que la divina providencia salve al Cádiz y pongamos fin a este año horrible. Ganar a un Atlético Sanluqueño que nada se juega no debe ser imposible para un equipo normal, otra cosa es que para este Cádiz algo sencillo sea tarea fácil. Sanlúcar se abre como la penúltima oportunidad para salvar una situación calamitosa. Confío en la victoria pero, evidentemente, no hay nada que celebrar si se logra la permanencia. El cadismo, como siempre, responderá y haciendo el enésimo esfuerzo acompañará a su equipo una vez más. A pesar de la desazón del año, la afición, bendita como ninguna, seguirá presente con los suyos. Apoyando, empujando y haciendo de tripas corazón porque es consciente de que dirigentes, futbolistas y cuerpo técnico pasan y que aquí se quedan los mismos de siempre, con la cruz a cuestas temporada tras temporada. Otra cosa será el próximo domingo ante el Almería B en el estadio Ramón de Carranza, puesto que ahí, si se ha conseguido certificar la permanencia, será un buen momento de volver a decir a los que mandan que no es el camino a seguir. Que ya se acabó y que ha llegado el momento de dar antes de pedir. Ese será el partido indicado para seguir protestando, mirar al palco y al césped, porque este año quedará como uno de los peores de la historia del cadismo. Mientras, sólo queda esperar lograr los tres puntos ya y que este año quede como una horrible pesadilla.
No me quiero olvidar de Ramón Blanco, un amigo que pasa por un mal momento. Tanto él como su familia reciben estos días el cariño que se ha ganado a pulso durante tanto tiempo. Sobran las palabras, el deseo de todos está claro. Ojalá.