El derbi más trascendente
Real Madrid y Barcelona disputan en Londres el quinto clásico de la temporada para decidir el representante español en la final del domingo
MADRIDActualizado:No es un escenario habitual. De hecho, hace ya 17 años de la última vez, pero no deja de ser un nuevo derbi entre el Real Madrid y el Barcelona, el quinto de la temporada. Y es muy posible que no sea la última ocasión en que se vean las caras esta campaña y que se vuelvan a cruzar en un futuro cercano con el título de la ACB en juego. Eso sí, el del viernes es, sin duda, el clásico más trascendente desde aquel choque del lejano 9 de mayo de 1996, en París, cuando el conjunto azulgrana se impuso a los blancos por 76-66 en la semifinal de la ‘Final Four’ de una Euroliga de infausto recuerdo para los culés, por ser la del tapón ilegal del jugador del Panathinaikos Stojan Vrankovic a Montero que dejó sin título al equipo dirigido por Aito García Reneses.
Desde entonces, no se han vuelto a encontrar en una fase final de la máxima competición continental, fundamentalmente por los caminos opuestos que tomaron las secciones de los dos clubes en los años siguientes. El imperial Real Madrid de Sabonis y Arlauckas, que en 1995 habían dado a la entidad su octavo entorchado, inició una cuesta abajo que les alejó de los mejores de Europa hasta hace dos campañas, mientras que el eterno rival se convirtió en un habitual de la ‘Final Four’ (cuatro en los últimos cinco años) y obtuvo sus dos coronas (2003 y 2008).
Pero los blancos han logrado revertir la situación tras una larga travesía por el desierto y ver cómo el CSKA, el Panathinaikos y el Maccabi cuestionaban su jerarquía en el concierto continental. Tras la decepcionante experiencia de hace dos años en Barcelona -cuando cayeron con estrépito ante los israelíes y el Montepaschi Siena, con Emanuele Molin al mando tras la dimisión de Ettore Messina-, el Madrid llega a Londres con miras más altas y con el convencimiento de que la victoria final está a su alcance.
De la mano de Pablo Laso, el equipo practica el juego más eléctrico que se puede ver en el Viejo Continente, con una línea exterior que da pavor por su talento ofensivo y que ha dejado atrás antiguos complejos. Además, ha roto la dinámica negativa que arrastraba contra el Barça y que le atenazaba en los enfrentamientos directos. Ahora, los derbis se afrontan desde la seguridad de que son competitivos. Es más, en el partido del viernes los jugadores admiten la vitola de favoritos, aunque también intentan escudarse en los habituales tópicos de la igualdad y de la importancia de los detalles como factores determinantes para decidir el triunfo. Sin embargo, Sergio Llull ha reconocido que enfrentarse a los catalanes les puede ayudar, “sobre todo, a los jugadores que no han estado nunca en la ‘Final Four’, porque no les resultará tan extraño”.
El Barça, mermado
El Barça, por su parte, se presenta en el O2 Arena repleto de experiencia pero en una situación complicada, ya que ha llegado al momento cumbre muy mermado. En un partido en el que debería imponer su superioridad interior, Xavi Pascual tendrá que buscar alternativas a la casi segura ausencia del poderoso Jawai, con una rotura del tendón peroneal lateral del pie derecho, y deberá gestionar los minutos del renqueante C. J. Wallace (recién recuperado de una lesión en el codo) y Todorovic (que juega con un dedo roto). Así, toda la fuerza bajo los aros recaerá en manos del acertado Tomic y de un Lorbek muy lejos de su mejor estado de forma.
Pero la baja más decisiva es la ya conocida desde hace algunas semanas de Pete Mickeal, tras sufrir un nuevo tromboembolismo pulmonar que le mantiene alejado de las pistas por tiempo indefinido. El alero estadounidense significaba el desequilibrio vital ante una plantilla contraria carente de un ‘tres’ capaz de parar los abundantes recursos ofensivos del de Illinois.
Laso respira más tranquilo sin tener que pintar a Mickeal en su tablilla, lo que le permitirá concentrar su defensa exterior en la ‘bestia negra’ de los madridistas, Juan Carlos Navarro. El escolta ha vivido una difícil campaña por sus diversos problemas físicos, pero llega a la ‘Final Four’ con buenas sensaciones y con ganas de repetir la soberbia actuación del primer partido liguero en el Palau Blaugrana, cuando sumó 33 puntos y 44 de valoración.
El Madrid fiará su suerte al acierto de Rudy Fernández, Carroll, Sergio Rodríguez y Llull, e intentará imponer un ritmo vertiginoso que ofrezca ventajas al versátil Mirotic (vital en el puzzle blanco) y al capitán Felipe Reyes, que vive una radiante segunda juventud, y vaya agotando a los jugadores rivales de cara a los últimos minutos. En el banquillo rival, Pascual tirará de su excelente trabajo defensivo para controlar el tempo del partido y frenar los peligrosos parciales blancos, y pretenderá imponer su excelente bagaje táctico para convertirse en el representante español en la final del domingo.