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Luis María Linde, gobernador del Banco de España. :: IGNACIO GIL
Economia

El Banco de España alerta al sector ante los avances de la morosidad y la caída del crédito

Los préstamos refinanciados, 208.206 millones hasta el 31 de diciembre, exigirán provisiones adicionales

M. J. ALEGRE
MADRID.Actualizado:

En plena reestructuración del sistema financiero, el supervisor alerta al sector de que no puede permitirse bajar la guardia porque se avecinan trimestres «difíciles». En su informe semestral de estabilidad financiera recuerda a las entidades que las cuentas de resultados van a seguir muy presionadas. En el negocio en España, la debilidad de la economía real, el crédito en descenso y una morosidad al alza componen un escenario complejo. El margen de actuación de las entidades «es bastante limitado», evalúa el Banco de España. Por eso aconseja a los bancos que se aprieten aún más el cinturón. Si no acentúan la contención de costes, les advierte, los resultados empeorarán, y hasta pueden verse afectados estos recursos propios que tanto está costando reforzar o salvaguardar.

La novedad de este análisis reside en que la morosidad y la exigencia de provisiones van a crecer por la recesión y también por el alcance de un requerimiento adicional que acaba de ser impuesto a los bancos. El supervisor les ha exigido revisar las refinanciaciones, una salida frecuente en operaciones problemáticas. Cuando un cliente tiene dificultades para devolver un préstamo, la entidad que se lo ha proporcionado le propone refinanciar o reestructurar la operación para cobrar cuando sea, antes que considerarla morosa, lo que le obligaría a apartar una elevada proporción de dinero en concepto de provisiones.

En tiempos normales, la refinanciación y reestructuración de deuda sirven para facilitar las cosas a empresas o familias que sufren «dificultades coyunturales de liquidez», es decir, que hoy no pueden pagar, pero existen fundadas esperanzas de que salgan del bache. Y el sector ha defendido a capa y espada que , incluso en esta dura etapa de crisis, hay sociedades que acuden a este recurso siendo viables.

Pero en una fase de la economía española en la que se han sucedido dos periodos de aguda recesión, los analistas, en especial los internacionales, han encendido las alarmas ante la posibilidad de que bancos y cajas españolas estén practicando con frecuencia el sistema de la 'patada hacia adelante'. Sugieren que se conceden moratorias a clientes sobre quienes existen fundadas sospechas de que tampoco estarán en condiciones de pagar más adelante.

El informe de estabilidad financiera de mayo da cuenta de que los créditos refinanciados y reestructurados del conjunto de las entidades españolas ascendían a 31 de diciembre pasado a 208.206 millones de euros, cifra equivalente a un 13,6% de la cifra concedida al sector privado residente. De esa cuantía, un 37% ya estaba considerado moroso y por ello contaba con las adecuadas provisiones de un 40,6% como promedio, pero queda un 63% que puede dar sorpresas nada agradables.

Examen detenido

Un 42,4% del total de esas refinanciaciones sigue clasificado como normal, y otro 20,6% se considera subestandar, es decir, que los adjudicatarios están al corriente de pago, pero al haberse concedido a empresas de sectores problemáticos, existen serias sospechas de que en breve dejen de estarlo. Las provisiones de préstamos subestandar se limitan al 18,4%. Sobre todas estas operaciones ha puesto el foco el Banco de España, que exige a las entidades que las examinen, una por una, bajo criterios mucho más exigentes.

Solo serán considerados normales los créditos «con alta probabilidad» de ser recuperados. Habrá que considerar morosos a todos aquellos que disfrutan de carencias de 30 meses en adelante. Se trata de operaciones en las que los deudores solo pagan los intereses. Y la relación de subestandar va a engordar con los préstamos a particulares que tengan comprometida una parte sustancial de sus ingresos o no dispongan de avalistas de solvencia o garantías eficaces.

¿A quién se han concedido estos préstamos? Por segmentos, el crédito refinanciado a las Administraciones Públicas se limita al 1,1% del total, corresponde el 29,7% a operaciones con hogares y el grueso de la operatoria, un 69,2%, al concedido a las empresas y posteriormente renegociado. Como era de esperar, en la cartera de crédito de promoción y construcción, las refinanciaciones y reestructuraciones representan el 35,5%, pero en el total de las hipotecas apenas suponen el 8,5%.

Reclasificar los créditos implica aumentar provisiones y menguar los futuros resultados de los bancos. Y conllevará recrudecer las exigencias para conceder préstamos. Si empresas y familias ya tienen dificultades para lograr financiación, la caída del crédito al sector privado va a seguir siendo la tónica en el futuro.