El hombre que bebió ácido se niega a denunciar al tabernero
Juan Checa ha permanecido dos semanas hospitalizado por las heridas internas que sufrió
GUADIXActualizado:En el hogar del pensionista de la localidad de Cogollos de Guadix se encuentra Juan Checa, el vecino que, por una presunta 'broma' del tabernero del lugar, tomó un trago de ácido que él creía que era vino de la tierra. Como consecuencia de las heridas internas que sufrió, ha estado hospitalizado dos semanas, pero tras abandonar el centro sanitario ha vuelto al lugar de los hechos como si no hubiese ocurrido nada. A pesar de que el perjudicado no quiere hablar del asunto, en el pueblo tienen muy claro que se niega a denunciar al presunto 'bromista': Ramón R. La razón es simple: es su amigo. Es lo que afirman los vecinos.
En la barra está Juan Ramón, hijo de Ramón, el presunto 'bromista'. Juan Ramón se encoge de hombros cuando se le pregunta por el suceso. Él no estuvo el día que ocurrió y asevera que ha escuchado varias versiones distintas. Acto seguido, coloca sobre el mostrador una garrafa con el mismo líquido que ingirió la víctima. Efectivamente, el color del fluido era similar al del mosto que se bebe por aquellos lares. En este sentido, Juan Ramón atribuye lo ocurrido a un accidente. Antes de que sucediera el percance, un vecino le había pedido una garrafa y, cuando comprobó que la del limpiador estaba casi agotada, trasvasó su contenido a una botella de gaseosa que dejó bajo el mostrador.
Por su parte, la hermana del herido y exmujer del tabernero, Florinda Checa, no sale de su asombro por la decisión de su hermano de seguir visitando el mismo bar en el que, presuntamente, le achicharraron las entrañas. No encuentra explicación al hecho de que Juan haya decidido no denunciar y, su estupor es todavía mayor, cuando –según las conversaciones que la familia ha tenido con los médicos que han atendido al paciente–, el incidente le podría dejar secuelas de por vida.
Al parecer, la amistad que une a Ramón y Juan, al supuesto 'bromista' y a la víctima, es más fuerte que los efectos del malísimo trago.