Álex Rins golpea, se cae, se levanta, y vuelve a arrasar para llevarse la 'pole'

Álex Rins es un grande. Va camino de campeón, y madera tiene para ello. Dicen que se distinguen por las veces que se levantan. Pues ayer marcó el mejor tiempo de los entrenamientos clasificatorios, se cayó, se levantó, y pulverizó de nuevo su propio registro. Rodó hasta un segundo más rápido que en el día anterior (1:46.660), y tras su triunfo en Austin ha llegado volando a Jerez. El campeón español de 125 cc no dio opción a sus principales contrincantes, el favorito Maverick Viñales y el aspirante Luis Salom, que a última hora se enganchó a esa primera línea. La 'santísimita trinidad' de la categoría como ya se le conoce en el 'paddock'.

Al igual que en MotoGP, los accidentes se sucedían sobre el asfalto. Rins mandaba en la calificación cuando empezaron las caídas, tanto de Álex Márquez como de Baldasarri, Ajo y Finterbush. Sus perseguidores lo intentaban de todas las maneras pero ni se acercaban. Así que cuando volvió a la pista y mejoró su tiempo, ya disipó cualquier atisbo de duda.

Maverick, casi siempre desde esa segunda posición, luchó por esa 'pole' imposible, mientras que a Salom le costó una enormidad meterse entre los primeros, y sólo al final dio con la tecla. Folger, el mejor el viernes, quedó muy lejos y el pequeño Márquez no se sobrepuso a la caída y saldrá desde el puesto 22.

La emoción se dejará sentir hasta la última curva, donde debe traducirse el dominio español.